C/ Recogidas 24, Portal B, Escalera B, 2ºB. 18002 Granada, Tlf: 958 25 52 03, e-mail: asociacion@aldaima.org

viernes

Guía de Salud de los Niños Atendidos por el Sistema de Protección a la Infancia


Pediatras presentan la primera guía de salud de niños en acogida o adopción

Pretende ser una herramienta útil para los profesionales sanitarios, padres acogedores y educadores

Los niños en acogida tienen una serie de necesidades específicas de salud

La Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS) y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con el apoyo de Ferrer, han colaborado en la creación de la primera «Guía de Salud de los Niños Atendidos por el Sistema de Protección a la Infancia».

En nuestro país, 38.000 niños son atendidos actualmente por el Sistema de Protección a la Infancia. La guía pretende ser una herramienta útil para los profesionales sanitarios, padres acogedores y educadores. En ella encontrarán todas las claves a la hora de tratar las necesidades y problemas de salud de los niños que requieren ser atendidos fuera de su ámbito familiar biológico, y aclaraciones sobre aspectos conceptuales del Sistema de Protección Infantil de nuestro país.

«En la práctica, se aprecia un desconocimiento de los profesionales sanitarios acerca de la asistencia, de los problemas y de las necesidades en salud de esta población infantil, así como de sus obligaciones respecto a la atención de estos niños», sostiene el doctor José Antonio Díaz Huertas, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS).

Por otro lado, una de las recomendaciones de esta guía hace hincapié en la familia de acogida como el recurso más adecuado para la atención de los niños que requieren de la intervención de los servicios de protección infantil, «fundamentalmente en los menores de 3 años y especialmente en los menores de 6 años».

La Guía «Salud de los Niños Atendidos por el Sistema de Protección a la Infancia: Acogimiento Residencial, Acogimiento Familiar y Adopción» ha sido realizada por un Grupo de Trabajo de 29 expertos compuesto por pediatras y profesionales con experiencia en la atención a esta población infantil de diferentes provincias, coordinados por los pediatras sociales Ángel Cortés Lozano, José A. Díaz Huertas, Mercedes Rivera Cuello y Antonio Muñoz Hoyos, con el apoyo de la Dirección General de Servicios para la Familia y la Infancia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Vía abc.es

lunes


La Junta de Andalucía está buscando un hogar para 1.500 menores que están desamparados en toda la comunidad, la mitad menores de 12 años
Las ayudas mensuales para hacer frente a los gastos llegan a los 760 euros

293 menores esperan a que un hogar les abra las puertas mientras se alojan en uno de los centros de internamiento que tutela la Junta en Granada. De ellos, 13 tienen menos de seis años, y 61 entre 7 y 12. Hace unos días, desde la Consejería se hacía un llamamiento para que esas cifras disminuyan. GRANADA. Lucas se ha acostumbrado a que cada día, después de desayunar, sea la hora de volver a dormir. Conchi y Jesús ya se han hecho a los hábitos del niño y planifican sus horarios en torno a él. También lo han visto crecer desde que hace dos meses salió del hospital tras recuperarse de un nacimiento prematuro severo. Ahora tiene seis meses, pero esas dos personas que le están cuidando y velando por su perfecto desarrollo no son sus padres biológicos, sino una de las familias que participan en los programas de acogimiento de la asociación Aldaima.
:: ALFREDO AGUILARConchi y Jesús, con el pequeño Lucas en brazos, de tan solo seis meses, en las instalaciones de Aldaima, la asociación a través de la que han acogido al bebé.
Lucas es uno de los 405 niños granadinos que actualmente se encuentran en alguna modalidad de acogimiento familiar, según datos de la Consejería de Salud y Bienestar Social. Hay también 293 menores que esperan a que un hogar le abra las puertas mientras se alojan en uno de los centros de internamiento que tutela la Junta. De ellos, 13 tienen menos de seis años, y 61 entre 7 y 12, edades que son más fáciles para iniciar un acogimiento familiar, pues a partir de los 13 es más complicado. Hace unos días, desde la Consejería se hacía un llamamiento a todos los andaluces para que esas cifras disminuyan.
El caso del pequeño es un acogimiento de urgencia. Conchi y Jesús tenían que tener una disponibilidad inmediata para proporcionar al pequeño el mejor ambiente familiar. El tiempo máximo que estará Lucas con ellos será de seis meses, prorrogables hasta nueve. «Es inevitable no cogerle cariño al bebé, está claro que cuando tengamos que entregarlo será un desgarro, pero nosotros no buscamos un hijo, lo hacemos por ayudar», explica él. La pareja tiene ya dos hijos de 17 y 13 años, y además ambos se dedican al sector de la enseñanza y la logopedia, por lo que su experiencia con niños es extensa.
«Teníamos la espinita clavada del acogimiento desde hace mucho tiempo, y es ahora cuando nos hemos lanzado», explican. Conchi se quedó en paro, y han considerado que era el momento perfecto para poder dedicarle las 24 horas al menor. Después de Lucas llegarán otros, incluso dos hermanos juntos. Están apuntados al programa de Aldaima para los próximos tres años, por lo que están preparados para que por su casa pasen distintos menores y para asumir la pena que causará su marcha. Según explica Pilar Jiménez, coordinadora y tesorera de Aldaima, pasado ese tiempo volverá a convivir con sus padres biológicos, si estos están preparados para ello o se han rehabilitado a través de cursos y talleres que se organizan. Si no, se intenta el acogimiento con la familia extensa, y si ésta tampoco es la idónea para el menor ya se acude a la familia ajena para un acogimiento permanente o una adopción. Actualmente hay 206 menores en su familia extensa en Granada, mientras que en ajena hay 199.
Preparación previa
Para llegar a tener a Lucas entre sus brazos, Conchi y Jesús han pasado por un arduo proceso, totalmente necesario para asegurarse de que eran la familia perfecta para el pequeño. Tuvieron que realizar un curso de un mes y medio de duración, luego procedieron a la valoración por parte de Aldaima a través de unas cinco entrevistas personales, se visitó el domicilio, se realizaron estudios psicológicos, y todo para poder asegurar que se cumpla el ambiente familiar y afectivo más idóneo. Además, antes de que pudieran llevarlo a la casa, acudieron al hospital cada tres horas durante diez días para darle de comer y tener una primera toma de contacto.
Dos meses después de la llegada del pequeño, están más que contentos con la experiencia. «Estamos recuperando costumbres que ya vivimos con nuestros hijos. Hace 17 años cambiaba pañales y ahora vuelvo a hacerlo, eso hace que nos sintamos más jóvenes», explica Jesús, que añade: «Recibimos mucho más de lo que damos con esto. Lo estamos viendo crecer, nos regala sus sonrisas y es muy gratificante pensar que estás ayudando».
Ambos recomiendan arduamente realizar este acto de generosidad. «Hay muchas familias que están preparadas para realizar un acogimiento, pero no se atreven. Nuestros amigos nos suelen decir que no podrían porque luego echarían de menos al niño, pero no lo hacemos porque queramos un hijo, sino porque sabemos que es lo mejor para él», dice Conchi. «Nosotros solemos decir que ‘cuanto antes se vaya, mejor’, no porque no lo queramos con nosotros, sino porque eso indica que estará en una mejor situación y que es lo más adecuado», añade.
La política de privacidad impide que la familia profesional de acogimiento sepa algo de los padres biológicos. Una vez terminado el programa, el menor volverá con ellos o con otra familia, extensa o ajena, y en un principio se rompe el lazo con sus cuidadores. Una ruptura a la que temen todos aquellos que no terminan de lanzarse porque saben que tomarán cariño al menor, pero Conchi y Jesús recomiendan tomarlo como una labor a la sociedad. Pilar explica: «Se preparan mucho psicológicamente para ello. Además, hay familias a las que no vemos adecuadas y no las aceptamos en el programa, como las parejas que no pueden tener hijos y que podrían desarrollar un vínculo mucho más fuerte con el pequeño».
Es por ello que se estudia mucho la familia para garantizar que tenga la capacidad de acoger necesidades especiales, además de una sensibilidad extrema. Lucas tiene un nacimiento prematuro severo, pero pueden venir pequeños con otras enfermedades y hay que estar preparado. «La familia no escoge al menor, se asigna uno y en la mayoría de los casos Aldaima no conoce el estado del menor, son ellos los que emiten el parte sobre su salud y su desarrollo», explica Pilar.
Motivación solidaria
La principal diferencia entre una familia que quiere acoger y una que quiere adoptar es que la primera tiene una motivación solidaria, y la segunda busca un hijo, además sin enfermedades, para tenerlo siempre. Para contribuir como familia de acogimiento, no existen demasiados requisitos. Solo la voluntad y las ganas de realizar un acto solidario. Luego, se estudian las características de cada pareja o persona para asignar un perfil más idóneo. La disponibilidad, la capacidad afectiva, la estabilidad familiar, la actitud, el apoyo social o las condiciones del hogar son algunos de los criterios que se tendrán en cuenta por parte de Aldaima. A través de su asociación (en el teléfono 900 10 14 38 o en la página web www.aldaima.org) se aportan más datos sobre cómo realizar este trámite tan necesario.
Uno de los únicos requisitos excluyentes es que el solicitante no esté en la lista de adopción. «La familia acogedora no puede tener expectativas adoptivas, y debe de tener solucionado su deseo de paternidad», explica la coordinadora.
Pilar asegura que los granadinos cada vez están más concienciados con esta actividad necesaria. Según los datos de Aldaima, el año pasado se realizaron un total de 315 acogimientos, mientras que en el primer semestre de 2012 la cifra asciende hasta 278, por lo que la cifra probablemente se superará. De ellos, hasta junio 21 han sido de urgencia, 7 simples, 70 permanentes y 180 en familia extensa. Además de Conchi y Jesús, en la actualidad en la asociación hay 8 familias de acogimiento de urgencia, que dan cobijo a 12 niños, ya que algunos de ellos, al ser hermanos, van en pareja al mismo hogar.
No obstante, desde la Junta siguen advirtiendo de la necesidad de familias que se ofrezcan a los acogimientos, para proporcionar un entorno familiar estable y afectivo a un menor que ha sufrido la separación de su familia. «El acogimiento es una forma de participación social. Es un proyecto familiar e implica a todos los miembros de la familia acogedora», indica Pilar, que anima a los granadinos a que se ofrezcan para alojar temporalmente a un niño que lo necesite.
Además, no se trata de un acto solidario al que haya que hacer frente económicamente de forma íntegra. Existe una remuneración para los acogimientos de urgencia, que sir ve para hacer frente a los gastos extra. «Desde el carrito hasta los pañales, pasando por la leche o las toallitas, no es barato mantener a un niño, y la ayuda nos viene muy bien. No obstante, alguien que no tenga un mínimo económico no podría hacer frente a todos los gastos», indica Jesús. Pilar, por su parte, puntúa que no se puede acudir con la expectativa de que se va a cubrir una necesidad. «No es un salario, ya que éste no es un trabajo que se pueda pagar, pero sí ayuda a nivel económico», añade.
La prestación básica es de unos 290 euros al mes, y en el caso de la acogida de urgencia, se retribuye la especial cualificación y disponibilidad de las familias con unos 460 euros mensuales. En total, una familia de acogimiento urgente podría recibir unos 760 euros al mes para hacer frente a los gastos del menor. Además, gastos especiales, como pueden ser de ortodoncia, se remunerarán aparte. Una cuantía que, si bien no es escasa, no paga la afectividad y solidaridad de las familias que se prestan a dar este servicio público, que busca la convivencia e integración en una familia de un niño que se ha separado de la suya, para evitar su estancia en una institución y que se le prive de la permanencia en un ambiente familiar

.


http://ideal.kioskoymas.com/epaper/viewer.aspx

Sube en Granada más del 26% la retirada de menores a su familia biológica


La Policía Autonómica retira en un año a 62 menores granadinos de sus familias


La provincia aglutina el mayor número de intervenciones de toda la comunidad · Los atestados instruidos por abandono de niños y adolescentes caen vertiginosamente durante el último ejercicio

acogimiento familiar Granada 
Es posiblemente uno de los episodios más dramáticos para una familia. La Consejería para la Igualdad y Bienestar Social es la responsable de la tutela de aquellos menores que se encuentren en situación de desamparo y, en consecuencia, puede ordenar la retirada de su unidad familiar. Un momento tremendamente duro, que viene experimentando un progresivo incremento en los últimos años.

Si en 2010 el número de retiradas de menores llevadas a cabo por la Policía Autonómica alcanzaba las 46, el año pasado -último dato contabilizado- ascendieron hasta las 62. Una subida de más del 26% que evidencia un aumento de las causas que propician este tipo de actuaciones. Entre los motivos que la Junta puede alegar como situación de desamparo se encuentra el abandono voluntario del menor por su familia, la falta de escolarización habitual, el sufrimiento de malos tratos físicos y psíquicos o abusos sexuales perpetrados por los miembros de su unidad familiar o de terceros con consentimientos de estos. También están entre estos supuestos la inducción a la mendicidad, delincuencia, prostitución u otra explotación de análoga naturaleza; el trastorno mental grave de los progenitores o guardadores que impida el normal ejercicio de la patria potestad o guarda; y la drogadicción o el alcoholismo continuado del menor con el consentimiento o la tolerancia de sus tutores.

La consecuencia de la retirada del niño o adolescente de su familia biológica es la asunción de la guarda y custodia por la Delegación de Igualdad y Bienestar Social. La Administración habrá de promover medidas de acogimiento familiar, residencial o adopción, mientras que a los padres se les suspende temporalmente el ejercicio de la patria potestad. Los resultados muestran que en Granada se produce el mayor número de retiradas de toda Andalucía, concretamente más de un tercio de las actuaciones de la Policía Autonómica en esta materia.

Por otra parte, es especialmente significativo la caída que sufren los atestados instruidos por abandono de menores. El año pasado únicamente se contabilizaron dos, lo que constituye un descenso del 97%. De esta forma, la provincia ocupa del primer puesto de la tabla autonómica, aunque junto a Cádiz y Sevilla son las tres únicas provincias andaluzas donde se producen este tipo de hechos.

Igualmente relevante es el exponencial aumento que sufrieron las actuaciones policiales ejercidas sobre niños o adolescentes internos en centros de menores. Sin embargo, en este aspecto el factor diferenciador lo marcan los sexos. Así, el número de menores varones bajó desde los 91 de 2010 hasta los 20 del pasado año. En el lado opuesto, las chicas subieron de las escasas diez hasta las 179 del último ejercicio. Pese al incremento de más del 50%, Granada se sitúa como una de las provincias donde menor número de intervenciones se producen en centros de menores.

En definitiva, 250 menores fueron objeto de protección durante ese año, de los que 110 eran nacionales y 140 extranjeros. Finalmente, del total de atestados instruidos contra menores resultaron implicados 214, cifra que representa el mayor valor autonómico.

Vía granadahoy.com

jueves

En Andalucía hay 3.824 menores del Sistema de Protección que disfrutan de acogimiento familia


El acogimiento familiar permite una reducción del 30% de los menores de siete años ingresados en centros


familias de acogida granada
El programa de acogimiento familiar de la Junta de Andalucía ha permitido reducir un 30% en los dos últimos años la cifra de menores de siete ingresados en centros de protección, según la consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, que ha realizado un balance de esta medida de atención a la infancia impulsada por la Administración autonómica.

Así, mientras que a junio de 2010 había 249 de estos menores ingresados en centros, en el mismo mes de este año se contabilizan 174, una evolución que la consejera ha valorado por los beneficios que puede reportar a los menores su desarrollo en un entorno familiar. La consejera ha estado acompañada por la directora general de Personas Mayores, Infancia y Familias, María José Rico.

En total, en Andalucía hay 3.824 menores del Sistema de Protección que disfrutan de acogimiento familiar, de los cuales 2.528 se encuentran con un familiar suyo (abuelos y tíos, fundamentalmente). Esta medida se consolida así como la fórmula de protección mayoritaria en Andalucía, ya que se beneficia de ella el 60% de los 6.141 menores que tienen una medida de protección en la comunidad autónoma.

No obstante, en los centros de protección de Andalucía existen actualmente en torno a 1.500 niños susceptibles de beneficiarse de un acogimiento familiar frente a la institucionalización.

El descenso de los ingresos de los más pequeños en los centros ha sido posible, fundamentalmente, gracias al progresivo aumento de los acogimientos de urgencia, una modalidad destinada exclusivamente a los menores de siete años. En el primer semestre de 2012, un total de 108 menores de siete años fueron acogidos por familias de urgencia en la comunidad, mientras que en todo 2011 fueron 170, lo que ya supuso un aumento del 28% con respecto a 2010.

Dentro de los colectivos de menores que pueden beneficiarse del acogimiento familiar destacan aquellos con unas necesidades especiales que hacen más dificultoso su acogimiento. Se trata de niños que se encuentren en alguna de las siguientes condiciones: superar los siete años, tener una discapacidad física, intelectual o sensorial, padecer una enfermedad crónica, ser portadores del VIH o formar parte de un grupo de hermanos y, por tanto, tener que ser acogidos conjuntamente.

En los centros de protección de Andalucía hay 238 menores con necesidades especiales pendientes de poder beneficiarse de una medida de integración familiar. En la mayoría de los casos -57%- se trata de niños que superan los siete años de edad, y de grupos de hermanos -18%-. Son las provincias de Huelva, Málaga y Sevilla donde se concentra el mayor número de estos menores con necesidades de especiales.

Información telefónica


La Consejería de Salud y Bienestar Social dispone de una línea telefónica (902 102 227), en la que un equipo de profesionales proporciona a las personas interesadas toda la información que necesiten sobre el programa de acogimiento y el modo de colaborar con esta medida de protección de la infancia.

Además, la Junta mantiene convenios con 11 Instituciones Colaboradoras de Integración Familiar para el Acogimiento, unas entidades que cuentan con equipos de profesionales en el campo de la psicología, el trabajo social y el derecho para proporcionar la atención más apropiada que requieren las familias de acogida y los menores acogidos.

Las familias interesadas deben pasar una declaración de idoneidad para realizar el acogimiento, un estudio de carácter gratuito que elaboran equipos de profesionales de las instituciones colaboradoras, a través de sesiones informativas y formativas, y entrevistas psicosociales. Posteriormente, una vez iniciado el proceso de acogimiento, al igual que ocurre con la adopción, un equipo de profesionales se encarga también de hacer un seguimiento de la situación del menor y de dar apoyo a la familia.

El acogimiento familiar es la convivencia e integración de un niño o una niña en una familia, cuando deben ser separados de sus padres o tutores. Así se evita su estancia en centros de protección, les permite desarrollarse en una familia y mantener su vinculación con sus padres y hermanos. El acogimiento familiar es incompatible con el acogimiento preadoptivo o la adopción, que conllevan la ruptura de vínculos del menor con su familia biológica.

Existen distintas modalidades de acogimiento: simple, cuando se prevé una reinserción a corto plazo del menor con la familia biológica, y tiene un plazo máximo de dos años, y permanente, cuando la situación de la familia biológica aconseja una integración más duradera con otra familia y que puede llegar hasta la mayoría de edad del menor.

El cambio de las necesidades de los menores atendidos en el Sistema de Protección ha originado igualmente un cambio en el modelo de intervención y de trabajo, de tal forma que el centro ya no resulta una mera alternativa a la familia hasta que los niños alcanzan la mayoría de edad, sino que debe ser un recurso especializado que la complementa.

La Consejería de Salud y Bienestar Social está trabajando en un nuevo modelo de intervención y de mecanismos de coordinación con el resto del sistema de atención, de los agentes sociales implicados y de las familias para lograr una mejor atención de los menores. Con ese objetivo, va a poner también en funcionamiento un nuevo programa de atención residencial de orientación e inserción social y laboral para jóvenes tutelados, que tienen entre 16 y 18 años y que, por tanto, están próximos a alcanzar la mayoría de edad y a dejar los centros.

Se trata de facilitarles el paso desde la adolescencia hasta la independencia de la vida adulta a través de actuaciones específicas que, con una especial intensidad, desarrollen su autonomía personal y fomenten su integración social y laboral.

Vía ivecinos.es