Las familias de acogida, huérfanas de subsidios
Las familias de acogida de la Comunidad Valenciana atraviesan por una situación comprometida. En algunos casos casi desesperada. La Generalitat les adeuda la subvención que reciben por cada menor a su cargo desde noviembre del pasado año.

Como no son inmunes a la crisis, la lacra del paro también
se ha cebado con estas familias educadoras que, con menos ingresos que antaño,
hacen malabarismos para llegar a final de mes. Aunque a veces ni siquiera el
ingenio basta para cuadrar las cuentas.
Según la Asociación de Voluntarios de Acogimiento Familiar
(Avaf), una pareja alicantina ya se ha visto obligada a entregar al menor que
tenía a su cargo a la Conselleria de Bienestar Social al no poder hacer frente
a los costes.
Un 'drama' para los padres
"Esto es un auténtico drama para los afectados, porque
cuidan a los niños como si fueran sus propios hijos y también para los pequeños
que pueden vivir la separación como un nuevo abandono", precisa Margarita
Perón, psicóloga de esta ONG.
ELMUNDO.es ha intentado contactar en vano con el
departamento dirigido por Jorge Cabré para conocer más detalles del caso. No
obstante, todo indica que por ahora se trata de un episodio aislado. Al menos
en Avaf no tienen constancia de que se hayan producido más renuncias por
motivos económicos.
Podrían llegar a tenor de los testimonios de otras familias
consultadas, que prefieren mantenerse en el anonimato, y que insisten en que la
situación es ya insostenible.
Las cantidades adeudadas por el Consell, aseguran estas
mismas fuentes, superan, en algunos casos los 10.000 euros. La deuda varía de
una familia a otra puesto que las ayudas tampoco resultan idénticas.
En blanco desde noviembre
Éstas dependen del tipo de acogimiento (los hay de urgencia
para casos que exigen una protección inmediata del menor; simple, cuando se
espera el regreso a la familia original; y permanente, hasta que alcanzan la
mayoría de edad); del número de menores a su cargo y de las necesidades de
estos.
"Por regla general, la franja de 300 a 400 euros al mes
es la más habitual", explican desde Avaf, que cifra en más de un millar el
número de familias educadoras inscritas en la Comunidad Valenciana.
Según esta organización, ninguna ha recibido un euro desde
noviembre de 2011. Pero no es la primera vez que los ingresos se demoran en el
tiempo. "En los últimos años ya se ha cobrado con cierto retraso, entre
tres y a seis meses", precisa Perón. Aunque este periodo nunca se había
extendido tanto.
"No pretendemos hacer negocio con esto, no acogemos a
nadie por el dinero, pero tenemos miembros en el paro y los gastos son los
mismos. Cualquiera que haya tenido hijos sabe que esta ayuda no llega para un
mes de biberones y pañales", apunta una madre afectada por los impagos.
Gastos extra para las familias
"El dinero no cubre más que la manutención del menor y
a veces ni eso si se trata de niños con necesidades especiales", reconoce
un grupo de padres voluntarios. Muchos niños, además, sufren problemas que
requieren un tratamiento específico como trastornos emocionales por maltratos,
parálisis cerebral o retrasos mentales. Y la mayor parte sale del bolsillo de
las familias educadoras.
Margarita recuerda que el acogimiento familiar resulta mucho
más económico para la Administración que los centros de acogida, algo en lo que
también inciden las madres: "La plaza de un menor cuesta al Estado
alrededor de 3.000 euros y su estancia en una familia, entre 250 y 775 euros,
según la autonomía".
De hecho, el Gobierno socialista trabajaba en un proyecto de
ley para sacar de los orfanatos a los niños menores de seis años, pero tras el
cambio de Ejecutivo la iniciativa no ha cuajado.
En realidad, las madres no sólo exigen el pago de la deuda,
sino también una mayor sensibilidad del Consell con las familias de acogida que
se traduzca en la concesión de nuevas ayudas y en un incremento de las ya
vigentes.
En este sentido, reclaman que "no se recorte las
subvenciones de comedor, para libros de textos o transporte escolar" y que
se amplíe el presupuesto para gastos extraordinarios (una contribución anual y
no acumulable de 442 euros) como pueden ser audífonos, artículos ortopédicos o
unas simples gafas. "Muchas familias estamos en un punto en el que no
podemos siquiera adelantar el dinero", admite resignada una madre.
Ante las sucesivas demoras, la Asociación de Voluntarios de
Acogimiento Familiar ha pedido una reunión con la Conselleria de Bienestar
Social, aunque son conscientes de que el retraso se debe a las dificultades
económicas por las que atraviesa la Generalitat. A los afectados, sin embargo,
se les agota el tiempo: "Si no tenemos las ayudas, no podremos
sobrellevarlo".
Vía elmundo.es