C/ Recogidas 24, Portal B, Escalera B, 2ºB. 18002 Granada, Tlf: 958 25 52 03, e-mail: asociacion@aldaima.org

lunes

La Vida en una Familia de Acogida


Dos jóvenes relatan cómo se adaptaron a la vida en un hogar 'extraño'; aquellas personas llenaron de ilusión su futuro.

Manuel tiene 16 años y lleva siete viviendo con sus padres. Con sus padres de acogida. A él y a sus tres hermanos los separaron de sus progenitores después de un caso de maltrato infantil. Pasaron a un centro de acogida de menores. Y antes de irse con su actual familia, tuvo otro intento fallido de acogimiento.
Manuel es uno de los cuatro jóvenes que ayer compartió su experiencia con los padres que participan en las distintas fórmulas de acogida que gestiona la asociación Aldaima. «Cuando acojáis a un niño, no le digáis que olvide el pasado. Aunque pasaran cosas malas, alguna buena también hubo. Y conocer el pasado sirve para apreciar el cambio». Así de claro lo explicó Manuel cuando otros padres acogedores le preguntaron. La madre de acogida de Manuel también contestó preguntas. «Tuve miedo el primer día, antes de conocerlo. Pero cuando lo conocí no volví a sentir miedo. Ha llenado mi vida. Yo no quiero nada de él, solo que sea un buen hombre».
Sonia, que tiene actualmente 20 años, relató las dificultades que hubo cuando ella y su hermano llegaron, ya adolescentes, a su hogar de acogida. «El camino no ha sido fácil», admite. La chica sigue manteniendo el contacto con su madre biológica, pero vive con su familia de acogida. «Cada uno tiene un papel en mi vida, son complementarios».
Sonia y Manuel admiten ahora que han vuelto a ser felices gracias a la acción de estas familias, de las que siguen haciendo falta más cada día. Sobre todo lo que en la asociación Aldaima denominan familias profesionalizadas, que pueden atender a niños con necesidades educativas especiales.
ACOGIMIENTOS
En familia ajena. 140 niños han sido acogidos por familias con los que no tienen vínculos de sangre, 75 actualmente.
Con familia extensa. Se han gestionado 186 casos que pasan a vivir con sus tíos o abuelos.
Familias de urgencia. 17 menores de edad han pasado por estos hogares en 2009.
Familias profesionalizadas. Han ayudado a 10 niños con necesidades especiales. Hacen falta más.
Asociación Aldaima. Están en calle Recogidas 24. Y en www.aldaima.org y el 958255203

http://www.ideal.es/granada/20091129/granada/vida-familia-acogida-20091129.html#opina

miércoles

COMPARECENCIA EN EL SENADO DE LOS PROFESORES D. JESÚS PALACIOS Y D. PERE AMORÓS

COMISION ESPECIAL DE ESTUDIO DE LA PROBLEMÁTICA DE LA ADOPCION NACIONAL Y TEMAS AFINES. 22 de Octubre de 2009.

Es una comparecencia extensa, en la cual ambos profesores exponen la realidad actual del sistema de protección y la necesidad de priorizar las diferentes modalidades de acogimientos familiares.

Lo podéis encontrar en esta misma página, columna izquierda debajo del apartado de investigaciones.

martes

Dynamic Park - Los Derechos De Los Niños

viernes

ACOGIMIENTO FAMILIAR PROFESIONALIZADO: VIDEO REPORTAJE

Reportaje sobre Acogimiento Familiar Profesionalizado en España. Emitido por Informe Semanal de RTVE el día 10 de Octubre de 2009.

LA MEJOR FAMILIA, BIOLÓGICA O NO

El Supremo dictamina que el interés del niño dado en acogida prima sobre la vuelta con sus padres naturales - Falta reforzar la asistencia social a hogares con problemas
Cuando la Administración le quita a un padre o a una madre la tutela de un hijo porque no se ocupa bien de él y lo entrega a una familia de acogida, ¿qué se debe hacer cuando pasa el tiempo? ¿Devolverlo con los padres si son capaces de cuidarlo? ¿Dejarlo con la familia de acogida en la que está integrado? Los jueces no se ponían de acuerdo, y las sentencias que se han dictado en estos últimos años han sido contradictorias. El Supremo ha puesto ahora un poco de orden. Dice que por encima de todo está el interés del menor y que éste no necesariamente pasa por mantener los lazos biológicos. La sentencia ha decidido que Susana (nombre supuesto) se quede con su familia de acogida, con la que lleva viviendo seis de sus ocho años, porque es lo mejor para ella.
Algunos menores, como el niño del Royo o Piedad, han pasado sus cortas vidas entre familias de acogida, residencias estatales y su propia familia biológica. Para intentar evitar esto, en 2007 se modificó la ley. Los padres naturales no tienen ya todo el tiempo de mundo para reivindicar que quieren volver a estar con sus hijos si los han perdido. El plazo termina dos años después de que la Administración asuma la tutela. Pasado este tiempo, sólo los recuperarán si la Administración lo decide. Esta modificación de la ley fue el primer paso del nuevo criterio que ahora confirma el Supremo: no todo es la biología.
Los problemas de Susana empezaron poco después de nacer. El bebé fue ingresado en el hospital por malnutrición cuando tenía sólo dos meses de edad. Ya entonces los servicios sociales recomendaron a los padres, con escasa formación y habilidades, que la llevaran a un Centro de Atención a la Infancia para hacerle un seguimiento. No lo hicieron, pero, al menos en ese momento, la abuela paterna supervisaba un poco la marcha de la casa y las comidas.
Dos años después, los servicios sociales detectaron que nada funcionaba bien en ese hogar. Tenían problemas con la organización doméstica, con la alimentación, el bebé no tenía horarios lógicos y, además, los padres no se llevaban bien. Los informes hablan de "rumores" de que la madre, Dolores H. S., se dedicaba a la prostitución y jugaba a las máquinas. La Junta de Castilla-La Mancha asumió la tutela de la niña el 2 de abril de 2003.
La madre no quería entregar a Susana. Estuvo desaparecida varios meses. El padre murió el 7 de julio de ese año y el 5 de agosto, finalmente, Dolores entregó a su hija a las autoridades. A partir de ese momento, la Administración no la dejó ver a su hija. En septiembre lo pidió formalmente, a través de un abogado. Le negaron la posibilidad de visitarla argumentando que durante un mes y medio no había mostrado "ningún interés en verla".
Dolores tiene un leve retraso mental. Procede de una familia de bajos recursos, no ha ido a la escuela, apenas sabe leer y escribir, tiene problemas para hacer la compra y gestionar el dinero de la casa. Y no sabía muy bien cómo educar a la niña. Pero quería estar con ella. Acudió a los tribunales mientras Susana empezaba una nueva vida con una familia de acogida. Las autoridades judiciales, que están de acuerdo en que cuando la Administración asumió la tutela esa medida era necesaria, discrepan sobre lo que pasó después.
Un juzgado de primera instancia de Toledo dijo a la madre, en julio de 2005, que no podía ver a Susana. Dictaminó a favor del acogimiento preadoptivo de la niña en una nueva familia. La sentencia decía que Dolores estaba ya "adaptada" y "con estabilidad familiar y económica" pero que seguía teniendo los mismos problemas cognitivos y de habilidades sociales de siempre y que necesitaría ayuda de otras personas para cuidar a Susana. Además, Dolores había tenido una niña con una nueva pareja, y el juez consideró que no iba a ser capaz de cuidar a las dos niñas. Argumentaba también que Susana estaba ya adaptada a su nuevo entorno, con la familia de acogida, y que un cambio podría producirle "un desajuste psicológico con problemas de estrés y ansiedad, aprendizaje y de comportamiento".
El caso llegó a la Audiencia Provincial de Toledo, que echó un rapapolvo monumental a la Administración y ordenó que Tamara volviera con su madre. Los magistrados dijeron que las autoridades, en lugar de ayudar a Dolores a intentar corregir su situación, "que no era desde luego irreversible", se dedicaron a intentar apartarla de su hija desde el principio. "Ni los problemas económicos eran tan acuciantes, ni la desatención de la menor tan grave como para justificar tan drástica decisión", señala la sentencia.
Los magistrados se plantearon si una madre con problemas de adaptación social y con escasas habilidades educativas puede hacerse cargo de un hijo y dijeron que claro que sí. La resolución dice que la obligación de la Administración era ayudarla a ejercer la maternidad, no quitarle a su hija. La conclusión: Susana debía volver con su madre biológica.
"Ni la pobreza ni la incultura ni la poca inteligencia son en sí mismas causas que impliquen desatención y desamparo en la prole y, en cualquier caso, cuando una situación se basa en las mismas, cuando se aprecia que la madre puede recibir ayuda para adquirir las habilidades de las que carece, la obligación de los poderes públicos es prestar esa ayuda y colaboración (adoptando mientras tanto las medidas de protección que sean necesarias) para evitar llegar a la más dramática de las situaciones imaginables, como es la separación de por vida del niño de su familia biológica", señalaba la sentencia. Los magistrados añadían que si Dolores había tenido otra niña y no le habían quitado la custodia, sería porque estaba capacitada para cuidar de sus hijos.
Esa sentencia no fue el final de la pelea judicial, que acaba de resolver el Supremo. El alto tribunal no pone el acento en los derechos de la madre, sino en los de la niña. Dice que Susana lleva ya seis años con la familia de acogida, que apenas se acuerda de su madre y que se encuentra totalmente adaptada e integrada en su nuevo entorno, de forma que es mejor para ella quedarse donde está. No analiza si la decisión de la Administración de dar a la niña en acogimiento e impedirle ver a su madre fue la más adecuada hace seis años.
El Supremo sienta por primera vez doctrina sobre estos casos. Dice que cuando un padre impugne una declaración de desamparo, el juez tendrá que examinar no sólo las circunstancias del momento en que se dictó el desamparo sino también las posteriores, y tener en cuenta si los padres están mejor. Pero, una vez que el niño ya está en acogida, para decidir mandarle de vuelta con su familia biológica, tendrá que considerarse "el tiempo transcurrido en la familia de acogida, si su integración en ella y en el entorno es satisfactoria, si se han desarrollado vínculos afectivos con ella, si obtiene en la familia de acogida los medios necesarios para su desarrollo físico y psíquico, si se mantienen las referencias parentales del menor con la familia biológica y si el retorno al entorno familiar biológico comporta riesgos relevantes de tipo psíquico".
El abogado de Dolores, Isidoro Sánchez, va a pedir la nulidad de esta resolución. Si no le dan la razón, recurrirá en amparo ante el Constitucional. Mientras tanto, quizá pida un régimen de visitas a la Junta de Castilla-La Mancha para la madre, pero no cree que se lo concedan. Si lo deniegan y acude a los tribunales, podrían pasar años antes de tener una respuesta. "Este ha sido uno de los problemas de este caso, el tiempo que tardan los procedimientos judiciales. Cuando pedimos que Susana volviera con Dolores no habían pasado ni dos años desde la separación. Ahora ya han pasado seis, y claro, es verdad que la niña ni recuerda a su madre y que está bien con su nueva familia. Pero Dolores no quiere que de mayor, si algún día se conocen, su hija pueda reprocharle que no ha hecho todo lo posible por estar con ella. Este caso implica un dilema moral muy complicado".
"Lo novedoso y revolucionario de esta sentencia es que considera que hay que priorizar en todos los casos los intereses del niño por encima de los de la madre o padre", dice Mario Bedera, senador socialista y miembro de una comisión en el Senado que está analizando desde principios de año el sistema de protección de menores. Pero, ¿qué pasa con la madre? ¿Y si una mala o apresurada decisión de la Administración, como la Audiencia de Toledo sostiene que ha sucedido en este caso, priva a un hombre o a una mujer de su hijo para siempre? ¿Cómo se repara este error? "Es cierto es que hay que intentar evitar llegar a estos extremos", responde Bedera. "Una de las cosas que está saliendo a la luz en esta comisión es que es fundamental que se refuerce el trabajo de los servicios sociales con los padres biológicos cuando se detecta que hay problemas para intentar que puedan quedarse con sus hijos. En caso de que la ayuda no funcione, entonces ya se podrían adoptar otras medidas. El acogimiento debería ser el último paso".
Bedera tiene claro que de esta comisión tendrán que salir muchas propuestas que cambien de arriba abajo el funcionamiento del sistema de protección de menores en España. "Habrá que hacer recomendaciones legislativas pero también pedir a todas las administraciones competentes una implicación mayor. Debemos apoyar más a las familias con problemas, dar formación a los padres de acogida, establecer pasos claros a seguir en cada caso, agilizar los procedimientos judiciales para que no pasen los años y nos encontremos con una situación imposible de resolver... hay mucho por hacer".
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/mejor/familia/biologica/elpepusoc/20091009elpepisoc_1/Tes

TALLER DE ARTETERAPIA









TALLER DE ARTETERAPIA

Mª del Carmen Delgado Morán (Psicóloga- Arteterapeuta)

La técnica del Arteterapia está basada en la utilización de materiales y procedimientos artísticos para favorecer el autoconocimiento, el desarrollo personal, la mejora de la salud psicológica y la calidad de vida. Mediante el uso de materiales plásticos, se genera un espacio abierto a la libertad y a la creatividad personal, en el que no resulta necesario tener una experiencia previa, ni un aprendizaje o dominio de las técnicas creativas, para poder obtener resultados importantes.

La experiencia de la creación artística, por sí misma, es rehabilitadora y terapéutica. Como indica John Henzell, se trata de poder encauzar la creación de imágenes pictóricas hacia metas psicoterapéuticas. En arteterapia se trabaja no sólo con la creación de la obra, sino que adquiere una gran importancia el proceso en sí mismo. A lo largo de este proceso, se generan nuevas formas y experiencias, capaces de facilitar cambios personales, en las que podemos llegar a conocer lo que nos sucede en la interacción con las personas y profundizar en el conocimiento de nosotros mismos.

Los objetivos de esta terapia son principalmente:
Facilitar la espontaneidad creativa.
Generar nuevas formas de comunicarse.
Realizar un desplazamiento de la tensión emocional hacia la expresión.
Facilitar el trabajo en grupo.
Desarrollar la expresión verbal de los sentimientos y emociones.
Aumentar la sensación de autoestima y el reconocimiento de las propias potencialidades.
Estimular la aparición de recuerdos y favorecer su elaboración.
Desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

Mediante las creaciones artísticas, las personas simbolizan sus experiencias vitales y puede expresar sus emociones. En este sentido se aprovecha esta cualidad para favorecer la comprensión de su mundo interno, ayudarle a elaborar sus dificultades y a integrar sus vivencias.

En cuanto al trabajo concreto con el grupo de niños/as que han participado en el “Taller de Arteterapia” de Aldaima, desde febrero a junio, puedo decir que ha sido una experiencia muy positiva y enriquecedora, ya que todos los chicos/as se han implicado mucho en esta forma de terapia. Han participado, no solamente con sus obras, la expresión y con la palabra, sino creando relaciones de amistad y espacios comunes entre ellos, trabajando en numerosas ocasiones en equipo.

Por último, agradecer a los menores participantes en el taller, su confianza, expresividad y colaboración y a Aldaima, su apoyo constante.

martes

Una asociación de apoyo a la infancia busca contactar con familias de acogida para bebés

La organización Aldaima tiene un programa de acogimiento urgente respaldado por la Junta

La asociación de apoyo a la infancia Aldaima, ubicada en Granada, busca contactar con familias que deseen llevar a cabo acogimientos temporales de bebés y niños con carácter de urgencia para "ofrecerles un ambiente normalizado". Esta organización ofrece a los interesados toda la información necesaria para llevar a efecto un acogimiento de estas características y además ofrece el "apoyo constante e intervención" para solucionar cualquier problema que surja durante el periodo de convivencia, según informaron ayer desde Aldaima.

http://www.granadahoy.com/article/andalucia/508995/una/asociacion/apoyo/la/infancia/busca/contactar/con/familias/acogida/para/bebes.html

lunes

Buscan familias en Granada para la acogida urgente de bebés

La asociación de apoyo a la infancia Aldaima busca contactar con familias que deseen llevar a cabo acogimientos temporales de bebés y niños con carácter de urgencia para "ofrecerles un ambiente normalizado".
Esta organización ofrece a los interesados toda la información necesaria para llevar a efecto un acogimiento de estas características y además ofrece el "apoyo constante e intervención" para solucionar cualquier problema que surja durante el periodo de convivencia, han informado desde Aldaima.
En el caso de acogimientos urgentes de bebés, además de gestionar la remuneración económica que recibirán las familias, la asociación presta "casi todo lo necesario" para evitar más gastos, como son los cochecitos, la cuna de viaje, las hamacas o las canastillas, entre otros productos.
Con este programa se pretende ofrecer a los niños "la posibilidad de estar arropados" mientras se valora la situación detectada en la familia biológica de los pequeños para determinar si ésta reúne las condiciones necesarias para que el menor retorne con ellos o se adopte otra medida estable.
Aldaima es una institución colaboradora de la Junta de Andalucía que busca facilitar ambientes familiares a menores que están en situación de riesgo o desamparo.
En abril del pasado año firmó un convenio con la Dirección General de Infancia y Familia de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social para poner en marcha este programa de acogimiento familiar con carácter de urgencia
http://www.ideal.es/granada/20090906/local/granada/buscan-familias-granada-para-200909062213.html

Cualquier familia con sensibilidad y tiempo puede acoger a un menor


Una docena de parejas de la provincia están dispuestas a cuidar durante seis meses en su hogar a niños pequeños en situación de riesgo, pero hacen falta más · Quizás la suya cumpla los requisitos


En el número 24 de la calle Recogidas hay un rincón que procura protección a niños en situación de riesgo. Allí tiene su sede la asociación andaluza de apoyo a la infancia Aldaima (www.aldaima.org), una entidad colaboradora de la Junta de Andalucía, que se encarga de gestionar los acogimientos de aquellos menores que han sido retirados de sus entornos familiares. Son varios los programas de acogimiento que lleva a cabo Aldaima. Pilar Jiménez es coordinadora psicóloga del de Acogida Temporal de Urgencia, que, financiado por la administración autonómica, constituye el primer eslabón de toda una cadena de ayuda, en la que juegan un papel esencial las familias de acogida. La suya podría ser una de ellas.

-¿Cuál es la historia de Aldaima?

-La asociación Aldaima nació por la inquietud de un grupo de profesionales que estaba trabajando en el ámbito de la infancia y la familia. Éramos compañeras de carrera y habíamos tenido un desarrollo paralelo en el mismo ámbito, aunque cada una en un área distinta, así que nos reunimos y decidimos fundar la asociación, que está integrada actualmente por catorce personas, entre trabajadores sociales, abogados, psicólogos, educadores familiares... Estamos habilitados como entidad colaboradora de la Junta de Andalucía desde 1999.

-Actualmente, doce familias están dispuestas a acoger a un menor de forma urgente en la provincia. ¿No son pocas?

-Aunque parezcan pocas no lo son. El programa de Acogida temporal de Urgencia lo pusimos en marcha en abril de 2008, gracias al impulso dado por la jefa del Servicio de Protección de Menores, Alicia Núñez. Habilitar en un año doce familias y que 21 menores hayan podido beneficiarse de este recurso no es poco, pero lo que queremos es tener muchas más familias. ¿Por qué? Porque esta es una buena alternativa a los centros de acogida inmediata. Hasta ahora, el mecanismo que ha funcionado es el acogimiento residencial, pero siempre va a ser mejor un núcleo familiar. Se trata de familias que están disponibles 24 horas, como un centro, que pueden atender hasta dos menores y no necesitan conocer la historia previa porque están dispuestas a todo.

-Deben ser personas con mucha capacidad...

-Sí, saben que el niño puede venir con una reacción emocional lógica de una separación rápida, porque pueden haberlo retirado esa misma mañana de su familia y están a las dos horas con ellos.

-Imagino que los padres de acogida se enfrentarán a situaciones muy complejas.

-Complejas pero a la vez llevaderas, porque a las familias se les ha formado, se les ha preparado y se les han explicado las características de estas reacciones y por qué los niños pueden manifestar unas u otras... Reacciones que son lógicas, porque aunque provengan de un ambiente muy complicado, para ellos los están separando de sus seres queridos y conocidos. Las familias de acogida saben cómo abordar y atenuar esas manifestaciones, así como instaurarles ciertos hábitos que en su ambiente no han tenido, como por ejemplo un horario de sueño o de alimentación... Todo eso es algo que las familias van a hacer de una manera natural, siguiendo su esquema, porque casi todos nuestras familias tienen hijos, son criadoras profesionales.

-¿Qué edades tienen los menores que se suelen acoger?

-Este programa de urgencia es prioritario para niños de 0 a 6 años, porque lo que se quiere evitar es que los bebés entren en los centros, pues el efecto de la institucionalización va a ser peor en un niño pequeñito que en un menor de 12 ó13 años, que tiene ya más clara su realidad y el ingreso en un centro lo puede tomar como un internado.

-¿Las familias granadinas son solidarias?

-Muy solidarias y cada vez más. Cada vez que tiene difusión nuestra labor, las familias responden, porque es algo natural. Si tú tienes una estructura, tus hijos y la vida ya hecha al cuidado, no te importa cuidar durante 'equis' tiempo a más pequeños.

-¿De cuánto tiempo hablamos?

-Se formaliza para seis meses, prorrogables hasta nueve.

-Las despedidas deben ser duras.

-El componente de la despedida es algo que está ahí. Los acogedores saben que van a tener a un niño seis meses, que se tienen que vincular muchísimo para cuidarlo bien y también que se va a ir. Emocionalmente tienen que amortiguar eso y para eso también estamos. Nosotros participamos en esos desacoplamientos y las familias, cuanto más implicadas están en ese desacoplamiento, más satisfechas se quedan.

-Habrá unos filtros muy estrictos a la hora de seleccionar a las familias.

-Claro, claro... Estas familias lo único que ejercen es la guarda, que no es poco. Tienen todas las obligaciones que la ley establece cuando se ejerce la guarda sobre un menor: educar, alimentar, dar afecto, guiar, proteger... Pero la tutela la sigue manteniendo la Junta, que es lo que se le suspende a los padres biológicos. Entonces, la Administración sigue siendo la responsable última y tiene que garantizar que en los hogares donde van los niños van a estar bien cuidados y en condiciones. Y es por eso que se hacen unas valoraciones exhaustivas.

-¿Cuál es el perfil del acogedor?

-En principio, cualquier persona adulta con sensibilidad, capacidad y disponibilidad. Las familias que se están acercando y que funcionan son matrimonios, con hijos adolescentes, jóvenes todavía y con muchas ganas. Son personas que tienen resuelta su paternidad; no quieren tener hijos, quieren ayudar.

-¿Se cobra?

-Sí , las familias reciben una ayuda, que no es un sueldo, es un reconocimiento a ese trabajo.

-¿Se puede decir a cuánto asciende esa ayuda?

-Sí, alrededor de 750 euros por un menor , 900 y algo por dos, y mil y pico por tres.

-El domicilio de las familias de acogida será secreto...

-Los datos de los acogedores son totalmente confidenciales. No hay interacción entre ellos y la familia biológica. Nosotros somos la entidad mediadora y quedamos con la familia acogedora para que nos entregue al menor para llevarlo al sitio donde lo visita su familia biológica semanalmente.

-¿Los padres biológicos suelen querer recuperar a sus hijos?

-La mayoría son buenas personas... Sólo han tenido alguna problemática coyuntural. Todos quieren recuperar a sus hijos.

-¿Qué problemas suelen presentar las familias a las que se les retira la tutela de sus hijos?

-Recientemente se hizo un estudio, en el marco del otro programa (el de familia extensa), y se vio que en la inmensa mayoría la problemática asociada a sus familias biológicas era la drogadicción y la encarcelación de los padres. Hay también niños que han recibido maltrato activo (malos tratos físicos), aunque afortunadamente no es lo más frecuente... Lo más frecuente es la negligencia, la falta de responsabilidad de los padres para cubrir las necesidades de sus hijos.

Más de 230 menores en desamparo son retirados en un año de sus familias

La Junta tramitó en 2008 más de medio millar de expedientes de acogimientos de niños en centros · En una treintena de casos se actuó de forma urgente al existir una situación de riesgo inminente para la vida del niño

Cuando un menor se encuentra en una situación de desatención de sus necesidades básicas o de riesgo vital, la Administración activa toda una serie de mecanismos para protegerle. Por ejemplo, si un niño llega a un hospital de la capital con signos evidentes de haber recibido una paliza en casa, se encenderán todas las alarmas y se actuará rápidamente: la Junta declarará su desamparo provisional urgente y asumirá su tutela. El año pasado, la Junta de Andalucía asumió la tutela de un total de 231 menores en nuestra provincia. Pero sólo en algunos casos se trataba de situaciones en las que hubo que actuar con urgencia, pues los casos en los que existe riesgo vital para el menor no suelen superar al año la treintena, según precisaron fuentes del Servicio de Protección de Menores de la delegación provincial de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. Cuando no existe ese peligro inminente para la integridad del niño, se inicia un procedimiento de desamparo ordinario.El número de tutelas de niños asumidas por la Junta el año pasado en Granada es uno de los datos que desvela un informe sobre menores elaborado este año por el Observatorio de la Infancia en Andalucía. De las estadísticas de dicho estudio se desprende que Granada registró el 17,7% de los casos de menores declarados en desamparo y que, por tanto, fueron objeto de protección el año pasado en la comunidad autónoma. Las provincias donde más menores acabaron siendo tutelados por la Junta fueron Sevilla (con 267) y Málaga (con 256), mientras que el total de menores tutelados en la comunidad fueron 1.305. Cuando se declara el desamparo de un menor, una vez estudiado el caso, la Administración puede aplicar distintas medidas de protección, como el acogimiento familiar (por el que se integra al niño en una familia que no es la constituida por sus padres biológicos o tutores), el acogimiento residencial (que supone el ingreso del menor en un centro) o la adopción.En Granada, durante el año pasado, la Junta tramitó 511 de los 2.334 expedientes de acogimiento residencial registrados en Andalucía, así como 103 de los 694 acogimientos familiares. En los ingresos de niños en centros, Granada, junto a Málaga, fueron las provincias con más acogimientos de este tipo. En cuanto a las adopciones nacionales, en Andalucía se contabilizaron en 2008 un total de 433 solicitudes y se constituyeron 139, 28 de ellas en nuestra provincia.Con respecto a las adopciones internacionales, en Granada se tramitaron 89, o lo que es lo mismo, un 9% del total andaluz. Y es que la mayor parte de los 962 expedientes de adopción internacional tramitados en Andalucía el año pasado se realizó en Sevilla (266), Málaga (185) y Cádiz (181).Por otro lado, el informe elaborado por el Observatorio de la Infancia detalla, dentro de las actuaciones judiciales con menores, las intervenciones llevadas a cabo por la unidad de policía adscrita al Área de Protección de Menores. Sus agentes intervinieron -acompañando a los funcionarios de la Junta- en todos aquellos casos en los que hubo que acudir al domicilio familiar, al hospital o al centro escolar para recoger al niño objeto de protección. Esta unidad policial llegó a realizar un total de 146 traslados de menores que por alguna circunstancia debían ser objeto de protección (bien por desamparo familiar o por estar sujetos a medidas de reforma). Los miembros de esta unidad especializada instruyeron además una quincena de atestados por distintas infracciones con chavales implicados que no habían cumplido aún la mayoría de edad en 2008. Sólo uno de esos atestados estuvo relacionado con malos tratos. Hubo además tres casos de atentados contra la libertad sexual (abusos o agresiones sexuales) y tres casos de abandono de menores.El uso de niños para mendigar es una práctica prohibida y con alcance penal. La unidad intervino en dos situaciones en las que adultos utilizaban a menores para pedir limosna por las calles de la ciudad. El absentismo escolar también dio trabajo a la policía autonómica en 2008. Fueron tres casos de niños que faltaban como norma a su centro escolar en los que tuvieron los agentes que intervenir y realizar los correspondientes informes de cara a la adopción de las medidas pertinentes. La unidad policial adscrita al área de Protección del Menor también actúa cuando en los centros de menores de la Junta de Andalucía se producen enfrentamientos o se desatan conflictos entre los internos. Este tipo de problemas motivó una docena de actuaciones el año pasado.Los agentes de esta unidad sólo recibieron en 2008 tres denuncias relacionadas con la protección de la infancia y detuvieron a una docena de personas con relación a los servicios incluidos en el área de Protección del Menor.En cuanto a los menores implicados, un total de 25 figuraron como víctimas o autores en las diligencias policiales tramitadas por la comisión de determinados delitos.

http://www.granadahoy.com/article/granada/498067/mas/menores/desamparo/son/retirados/ano/sus/familias.html

martes

SE BUSCAN FAMILIAS DE ACOGIDA


La joven, con el primer niño que acogió dentro del programa de Aldaima. L.O.


La asociación Aldaima llama a los granadinos a sumarse al programa de acogimiento urgente, que sólo cuenta con doce hogares en toda la provincia


Aldaima busca familias que estén disponibles de forma inmediata para cuidar a niños que viven con padres que no les pueden dar el cuidado adecuado para su crecimiento, ya sea por su adicción a las drogas, por el descuido en la higiene del hogar o por problemas de pareja, entre otras cuestiones. La asociación de apoyo a la infancia llama a los granadinos a sumarse al programa de acogimiento urgente, creado y financiado por la Junta, ante la escasez de familias apuntadas –doce en toda la provincia–. "Cualquier persona adulta puede acoger siempre que cumpla unas evaluaciones psicológicas y sociales y realice cursos para aprender a abordar a los pequeños", cuenta la psicóloga Pilar Jiménez González, coordinadora del proyecto en Aldaima, entidad que gestiona la iniciativa autonómica en toda Granada.Entre los doce hogares apuntados se encuentran "parejas jóvenes, abuelos y mujeres que viven solas", quienes suelen recibir cada cierto tiempo a pequeños de hasta 6 años que "necesitan calor familiar". Los ´peques´ permanecen con su ´segunda´ familia un máximo de nueve meses, tiempo que puede reducirse si se solucionan los inconvenientes de sus padres biológicos. "La mayoría de los niños tiene padres adictos. No son malas personas, pero les falta responsabilidad para cuidarlos", detalla Jiménez. Al detectar estas situaciones, la Junta les retira la custodia y ejerce la tutela del menor, situación que intentan que dure lo menos posible ya que ponen a disposición de los progenitores sus servicios sociales para atenderlos y reconducir su situación. Desde que reciben al pequeño, las familias de acogida cuentan con el apoyo de Aldaima y la Junta. La entidad ofrece asesoramiento permanente y, en el caso de bebés, presta cochecitos, cunas de viaje y todo los elementos necesarios para el cuidado del menor. Y el Gobierno autonómico destina 750 euros a las familias de acogida para ayudarlos en los gastos. Pero la mayor recompensa, asegura Pilar Jiménez, no se cuantifica; "las familias quedan encantadas. Sufren un poco cuando se van, pero saben que han hecho un acto solidario muy útil". Aldaima gestionó el acogimiento urgente de 21 menores desde la firma del convenio con la Junta, en abril de 2008. El de urgencia es una modalidad especial aplicada a chicos que precisan una intervención inmediata. La peculiaridad de estas familias acogedoras reside en que deben estar disponibles las 24 horas, todos los días del año, porque en cualquier momento pueden recibir una llamada de la Delegación para la Igualdad y Bienestar Social reclamando su colaboración.
La Opinión de Granada.

sábado

Ponencia en la Semana del Acogimiento Familiar en la Comunidad Valenciana

“Acoger a niños y niñas en situaciones socio-familiares difíciles: una oportunidad. ¿Para quien y para qué?F. Javier Romeu Soriano. Conselleria de Bienestar Social. Familia Educadora”
“Usted en el País de Nunca Jamás”
(Obra en tres actos)
ACTO I: Usted
Antes que nada quisiera dedicar unos minutos a hablarles de ustedes. Y de mí,
por supuesto. No es que yo les conozca. Pero si consigo hablarles algo que
ustedes hayan experimentado y que, además, les sea útil quizás recuerden
mejor esta pequeña charla.
Porque seguro que acierto si les digo que ustedes han vivido, o están viviendo, o
alguna vez vivirán una situación difícil, una adversidad.
Simplemente porque la vida no es fácil. A veces la vida nos hace la puñeta.
La adversidad a veces se nos presenta de golpe y nos deja KAO. Un ser querido
que se va; un trabajo que se esfuma; una enfermedad inesperada… Otras veces
la adversidad es más suave pero pertinaz y nos agota, nos consume. No es que
la vida nos tumbe sino que no podemos con ella. El desencuentro con alguien
importante para nosotros; un excesivo estrés; la precariedad económica…
Pero también es seguro que hemos tenido y tendremos la capacidad de
rehacernos de los golpes de la vida y de retomar nuestro camino…”a pesar de
los pesares”.
A esta capacidad los expertos le llaman resiliencia. Resiliencia es un “palabro”
(no será palabra hasta que la Real Academia de la Lengua la acepte como tal)
que pueden ustedes traducir por algo así como “resistir y rehacerse”.
Es la capacidad del ser humano de reponerse y retomar su desarrollo a pesar de
sufrir o haber sufrido una situación adversa.
Pero es más fácil entenderlo con un ejemplo sacado de la naturaleza. Cuando
una ostra no puede expulsar alguna sustancia extraña que se ha introducido en
su interior acaba envolviéndola en capas de nácar que ella misma produce para
suavizar su roce.
Pues bien, los estudios dicen que nuestra (la de los seres humanos) resiliencia a
la adversidad depende básicamente de tres cosas.
La primera, y no muy difícil de adivinar, es de que dispongamos de una serie de
RECURSOS EXTERNOS o apoyos.
Necesitamos, por ejemplo, un sustento mínimo. Un mínimo descanso, una
alimentación suficiente, un sitio donde vivir,… Las organizaciones que rehabilitan
“niños soldados” saben que la primera fase de la recuperación consiste en
permitir que el niño o niña duerman, descansen, se alimenten… Pero llevado a
un ámbito más normal y de nuestra cotidianidad… casi seguro que alguna vez
alguien nos han prestado dinero; o nos han dejado un coche; o nos han cuidado
a los niños simplemente para que podamos descansar. O incluso hemos sido
acogidos por alguien.
Necesitamos también experiencias y modelos para afrontar la adversidad. ¿Qué
habría hecho mi padre en mi situación?¿Qué harías tú? ¿Qué hice yo en
situaciones parecidas?
Y cuando estamos bloqueados, paralizados, necesitamos oportunidades,
ocasiones, coyunturas. En uno de sus libros el psicoterapeuta norteamericano
Bill O´Halon cuenta en 1970 decidió suicidarse. Era un joven hippy que soñaba
con dedicarse a la poesía. Estaba deprimido y sin oriente. Decidió compartirlo
con sus escasos amigos y despedirse. Los dos primeros le escucharon, le
comprendieron e incluso le reconocieron que ellos también lo harían si tuvieran
valor. Su tercer y última amiga sin embargo le escucho y luego le hizo una
propuesta. Tenía dos tías ancianas que tenían una granja que no podían
mantener. Cuando murieran ella la heredaría. Le ofreció que fuera a vivir a la
misma. Podría escribir, aislarse del mundo y vivir de lo que cultivara. El acepto.
Aguantaría hasta que las ancianas muriesen. Durante los años que pasaron
hasta ese momento Bill se interesó por el sufrimiento humano y ahí decidió
estudiar psicología o psicoterapia. No le ayudó ni ser comprendido ni un
profesional. Le salvó una oportunidad.
Pero sobre todo necesitamos algo más que tampoco depende exactamente de
nosotros. Necesitamos que alguien nos mire de forma especial. Importarle a
alguien. Porque si no le importamos a nadie ¿para qué resistir?. Necesitamos
sentirnos conectados o vinculados a alguien.
La segunda cosa que nos ha ayudado, ayuda y ayudará a resistir y rehacernos
es disponer de una serie de RECURSOS INTERNOS. ¿Cuáles son estos
recursos?
En primer lugar, la capacidad y habilidad de pedir ayuda. Parece fácil pero no lo
es. Se necesitan grandes dosis de humildad para pedir ayuda. Y la humildad es
una virtud poco de moda en los tiempos que corren.
Me encanta cuando los niños más pequeños que viven en el centro de menores
donde trabajo se acercan y me dicen casi sin saber hablar: ¿Me llevas a tu
casa? No se “cortan ni un duro”. Pero no ofenden.
La capacidad de reír. No hay nada más liberador como el sentido del humor.
¿Quién no se ha descubierto compartiendo recuerdos graciosos y anécdotas en
un tanatorio o un cementerio? El humor nos conecta y nos permite ver la
realidad de otra forma. Viktor Frankl escribió “No hay prácticamente nada como
el humor en la existencia humana que le permita a una persona mantener la
distancia de manera tan clara”
SEMANA DEL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA COMUNITAT VALENCIANA (22 al 28 de junio de 2009)
“Acoger a niños y niñas en situaciones socio-familiares difíciles: una oportunidad. ¿Para quien y para qué?
F. Javier Romeu Soriano. Conselleria de Bienestar Social. Familia Educadora”
Y también necesitamos en los malos momentos contar, narrar, nuestros
problemas, nuestras penas, nuestras vidas. Quizá no nos solucione mucho pero
nos sentimos mejor cuando contamos nuestra vida.
Otro recurso que nos ayuda es la comprensión de lo que nos ocurre. Conocer el
porqué no evita el sufrimiento pero lo hace más llevadero. Porque si a la
adversidad se le añade la ignorancia y la incertidumbre el sufrimiento se
multiplica.
Mucha gente aguanta también transformando su sufrimiento. A veces no
conseguimos entenderlo, a veces no conseguimos expresarlo. Pero lo podemos
elaborar, transformarlo. ¿En qué?. En arte. Escribiendo, pintando,
componiendo… Muchos artistas tienen historias personales y familiares difíciles.
Porque no todo se puede expresar abiertamente, directamente. A veces
necesitamos vías indirectas para expresar nuestro sufrimiento.
Y finalmente muchas veces hemos superado la adversidad saliéndonos de
nosotros mismos, es decir, trascendiéndonos. Me olvido de mi y me centro en ti
o en él. Si la adversidad viene a por mi y yo no estoy en mi sino fuera de mi, la
adversidad me atenaza menos.
Y acabaré con la tercera y última fuente de resiliencia: el SENTIDO, o mejor
dicho, el sentido desde una perspectiva histórica.
Lo que me pasa no solo me pasa POR algo. Lo que me pasa me pasa PARA
algo. Puedo pasarme horas y horas pensando “¿Por qué está enfermedad?”
pero probablemente me ayude más plantearme ¿Para qué esta enfermedad?.
Conociendo el porqué puedo sobrellevar mejor la adversidad pero conociendo el
para qué puedo elevarme por encima de la misma adversidad.
Porque lo más importante que tenemos los que estamos aquí no es nuestro
dinero, ni nuestra inteligencia, ni nuestro prestigio. Lo más importante es nuestra
historia. Personal. Intransferible. Única.
De nuevo Frankl… “La novela que todos vivimos sigue siendo un logro creativo
incomparablemente mayor que la que alguien haya podido escribir”.
ACTO II: Ellos, los Niños Perdidos
Ahora que ya hemos hablado de nosotros estamos en mejores condiciones para
que les hable de ellos. De “los niños perdidos”. Si leen “Peter Pan” de J.M.
Barrie encontraran este diálogo entre Wendy y Peter Pan:
-¿Pero dónde vives ahora?
-Con los niños perdidos.
-¿Quiénes son ésos?
-Son los niños que se caen de sus cochecitos cuando la niñera no está
mirando. Si al cabo de siete días nadie los reclama se los envía al País
de Nunca Jamás para sufragar gastos. Yo soy su capitán.
-¡Qué divertido debe de ser!
-Sí -dijo el astuto Peter-, pero nos sentimos bastantes solos. Es que no
tenemos compañía femenina.
-¿Es que no hay niñas?
-Oh, no, ya sabes, las niñas son demasiado listas para caerse de sus
cochecitos.
Porque en realidad yo sólo quería a informarles que no sólo existen “niños
perdidos” en el País de Nunca Jamás. Aquí, en Valencia, en Alicante y en
Castellón también tenemos “niños perdidos”. Se han caído del carrito, de su
familia y tienen que vivir en pequeñas islas de Nunca Jamás.
Son niños que en la partida de ajedrez de su vida no ha habido una buena
apertura. La primeros movimientos no han sido los más afortunados.
Básicamente su infortunio consiste en que sus padres no saben, no pueden o no
quiere atender sus necesidades. ¿Les parece poco adversidad?
¿Qué necesitan entonces?
¿Se acuerdan?
¡Lo mismo que ustedes y que yo!. No son marcianos. Porque mientras no se
demuestre lo contrario los niños son seres humanos. Incluso los y las
adolescentes son seres humanos, aunque a veces dudemos de ello. ¿O no?
Por tanto necesitan lo mismo que usted cuando se enfrenta al infortunio:
disponibilidad de recursos externos; adquisición de recursos internos y encontrar
el sentido de su historia.
Podemos intentar ofrecerle todo esto llevándoles al País de Nunca Jamás, pues
si lo recuerdan allí los Niños Perdidos se le pasaban estupendo. Los niños de los
centros de protección también tienen muy buenos momentos, se lo pasan bien,
juegan, estudian….
Pero además los Niños Perdidos se sentían solos, ya que nadie los reclamaba, y
además necesitaban… cuentos. Los Niños Perdidos no saben contar cuentos.
Peter Pan se acercó a casa de Wendy para escuchar cuentos que contar a sus
compañeros.
Por eso cuando un niño de un centro comienza a salir con una familia dice “hoy
viene MI familia”. O lo que es lo mismo. Esa es la familia que viene a por MI (y
no a por ti). Y también… ¡¡Yupi!! ¡Alguien me reclama! Y me contará cuentos,
me llevará a la ferieta; jugaré a la videoconsola… Y esto les transforma. Se lo
aseguro.
No es que los centros de menores no sean un buen recurso de protección.
Admiro a mis compañeros educadores y educadoras que hacen todo lo que
pueden y más, pero cada cosa es lo que es y no lo que quisiera ser.
Un centro intentará aproximarse a una experiencia familiar pero nunca será una
familia. Por tanto, además de centros de menores necesitamos familias. Familias
normales. Como las suyas o la mía. Con sus defectos y sus virtudes.
En definitiva :¿Por qué acoger a un niño?
Pues simplemente porque están ahí. Aunque no nos guste reconocerlo existen y
están ahí.
A veces parece como si las familias educadoras hayan inventado al niño
acogido. “Se aburría y se ha buscado un niño para entretenerse”. No es así.
Ni son héroes ni son villanos. Son familias que descubrieron que no lejos de
aquí había una isla de Nunca Jamás y se brindaron, al menos, a contarles
cuentos a un o unos Niños Perdidos.
Pero ¿Para qué acoger a un niño?
Pues ya se pueden imaginar.
Para que se sienta digno de ser querido.
Para darle oportunidades.
Para que tenga experiencias normales, como cualquiera de nuestros hijos.
Para darle modelos distintos a los que tuvieron.
Para enseñarles a reír y a reírSE.
Para ayudarle a entender su situación y entenderSE.
Para ayudarle a ayudar a otros.
Para que descubra que la vida tiene sentido.
En definitiva para darle la oportunidad de retomar el desarrollo que tenían que
haber tenido y no tuvieron.
O de otra manera: para enderezar la partida de ajedrez de la vida.
Y una más: para ayudarle a envolver de nácar la dureza de su vida y construir
una hermosa perla.
Alguno se preguntará ¿Y por qué una familia con la que vivir y no unos papás
CON TODAS LAS DE LA LEY?
Pues por dos cosas.
La primera porque precisamente no en todos los casos de niños separados de
sus padres se cumplen todas las condiciones que la ley marca para la adopción.
Y en segundo lugar porque estos niños (como usted y como yo) no quieren unos
padres distintos. Simplemente quieren que sus padres sean distintos, es decir
que se comporten de manera diferente.
ACTO III: Usted y ellos
A estas alturas ustedes ya estarán temiendo que les pida que acojan a niños en
su familia. Nada más lejos de mi intención.
Siempre he mantenido que el acogimiento familiar no es una solución. El
acogimiento familiar es un problema gordo con el que intentamos solucionar un
problema más gordo.
Pero no les negaré que es un problema. Hay momentos duros. Difíciles.
Por lo tanto el acogimiento de un menor para usted es una perfecta oportunidad
para… ¡complicarse la vida!
Por eso esta historia sólo tiene tres finales posibles:
Primer final.
Ustedes deciden no hacerme caso, y piensan ofrecerse a acoger a un menor o
menores. Yo ya les he avisado. Pero al menos entonces acuérdese de esta
charla y repasen lo que necesitarán para resistir y rehacerse. ¿Se acuerdan?.
Yo en particular les recomiendo especialmente mucho sentido del humor, mucha
perspectiva y muchas orejas de confianza a su alrededor dispuestas a escuchar
durante horas y horas sus historias.

Segundo final.
Muy probablemente no es su momento para acoger pero ¿puede acercarse al
País de Nunca Jamás de vez en cuando a contarles cuentos a los Niños
Perdidos? Si tiene algunos ratillos averigüe dónde está la isla más cercana y
pregunte si necesitan algo. Llevar a un niño de un centro a ver una peli y a tomar
un helado es un miniacogimiento que puede ser autorizado por el director del
mismo (si lo considera oportuno).
Le aseguro que tiene sentido facilitar a un niño o niña experiencias normales
gratificantes. Sólo debe tener cuidado. Es posible que el niño o niño acaben
metiéndosele en el corazoncito.
Tercer final. Si su vida es tan complicada en estos momentos que no puede
hacer ni lo primero ni lo segundo, no se preocupe. También puede ayudar. Y
mucho más de lo que usted se cree. Si lo que ha oído o leído le ha parecido
interesante… ¡cuéntelo!.
Ayúdenos a transmitir a la sociedad que estos niños existen. Y viven entre
nosotros. ¿Le parece poco?.
Y para que vea que se lo queremos poner muy fácil… si la superioridad no lo
desestima esta charla estará a su disposición en Internet o me la pide
(romeu_jav@gva.es). Bájela y mándesela a todo aquel que usted piense que le
puede interesar. O porque quizá quiera acoger o simplemente porque está
pasando una situación difícil.
Muchas gracias.
Valencia, Burriana y Elche – Junio de 2009
F.Javier Romeu Soriano
Conselleria de Bienestar Social
Familia Educadora

domingo

FOTOS ENCUENTRO URGENCIA 2010




martes

CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE TRABAJO

Nos acompañan y participan en esta reunión de trabajo diecisiete familias acogedoras de urgencia.

Previamente se pide a algunas de ellas, que escriban sus testimonios para tener material para reflexionar sobre la fase de la despedida en estas jornadas.

Y se procura que sean testimonios que describen diferentes formas de desacoplamiento en función de la medida posterior que se adopta: en función de que los menores se reintegren con su familia, vayan con familia extensa, vayan con una familia adoptiva o tengan que ingresar en un centro.

De todas las fases de la acogida temporal, “la despedida”, es la fase que más nos afecta nivel emocional, por lo debemos encontrar la manera más eficaz de despedirnos de los menores que acogemos; la que menos afecte a los menores, y la que procure las mejores sensaciones (si es posible) a la familia acogedora.

Después de la lectura de los testimonios de las familias, se trabaja en grupo sobre ciertos aspectos y se extraen, entre otras las siguientes conclusiones:

Se requiere mucho esfuerzo e implicación de las familias en esta tarea; pero este trabajo ha tenido sentido (en pocos meses se ha dado una respuesta a menores que estaban en situación de riesgo).

Por lo tanto es una medida de éxito; pero exigente para las familias y para los profesiones que intervienen en el proceso.


Similitudes que observan las familias asistentes entre las experiencias que se narran:

1- Las cuatro familias que han dado sus testimonios, califican estas experiencias como experiencia gratificantes.
2- En las cuatro experiencias ha estado implicada toda la familia acogedora: la tarea de la acogida ha sido un objetivo común para todos sus miembros; ha enriquecido la vida familiar.
3- El papel de los hijos de los acogedores en estos procesos ha sido muy relevante: éstos han ayudado a que los menores se adapten antes al entorno familiar, han servido de modelo de comportamiento a los menores acogidos, y han ayudado a los acogedores a realizar material que formará parte de la caja de la historia de vida de estos niños y niñas.
4- Las familias que se han hecho cargo de estos niño y niñas de forma estable después del acogimiento de urgencia (sus padres, familiares, o familias preadoptivas), han agradecido y reconocido la gran labor que han hecho las familias acogedoras.
5- Incluso durante el periodo de acogimiento, las familias biológicas de los menores acogidos, a través de la técnico que ha supervisado las visitas familiares, han querido trasladar su agradecimiento a las familias acogedoras de urgencia, por cuidar tan bien de sus hijos; pues semana a semana, han ido viendo como su hijos han ido creciendo en todas las áreas.


Elementos que han ayudado más en la fase de la despedida, a estas familias.

1. La información sobre el momento en que finalizará el acogimiento y se adoptará otra medida. Este dato les permite a los acogedores preparar a todos los miembros de la familia y a los menores acogidos para la despedida, y planificarla.
2. El permitir a las familias acogedoras participar y opinar sobre el plan de desacoplamiento.
3. El trasladar personalmente a las familias o a los responsables que se van hacer cargo posteriormente de los menores: las características de éstos, sus hábitos, sus avances dentro de la familia, sus peculiaridades, etc.
4. El ofrecimiento de las familias que se van hacer cargo posteriormente de los menores, de ponerse, en algún momento, en contacto con los acogedores de urgencia y ofrecerles información de como están estos menores.


CONCLUSION FINAL

Las familias acogedoras de urgencia piden: que se programe siempre un periodo de desacoplamiento, y que puedan mantener contacto directo en esta fase, con las familias que se van hacer cargo de forma estable de los menores, incluso aunque los menores hayan sido bebes; porque las familias acogedoras de urgencia entienden, que no han terminado del todo su tarea, si no hacen un traslado correcto de la información relevante de los menores, a sus padres biológicos (si es posible), o los familiares que se haga cargo de ellos, o a sus futuros padres adoptivos.




EN GRANADA A 24 DE ABRIL DE 2010

TESTIMONIOS FAMILIAS DE URGENCIA 2010

RELATO 1
Algo que Contar:
Somos una familia de acogida, es decir, que tenemos una especial vocación por los niños y en especial por los más necesitados. Todo empieza cuando conocimos la asociación ALDAIMA una organización de ayuda a la infancia con la que comenzamos esta, más que recomendable experiencia.

Actualmente formamos parte del banco de familias acogedoras en la modalidad de URGENCIA, del cual han pasado por nuestra casa cinco niños y otros tantos en otras modalidades. Para esta familia, el acoger niños ha supuesto aprender más de los demás, y hacernos eco de las necesidades de los más pequeños. Tenemos dos hijas biológicas de 17 y 9 años. Ellas han crecido en este ambiente de acogimiento de niños y son el motor que nos impulsa a seguir acogiendo, puesto que ellas lo piden y se sienten bien con más niños en nuestro hogar.

El acogimiento de urgencia es una modalidad en la que se necesita de nosotros en cualquier momento y hora del día para recibir a un niño en nuestro hogar cuya retirada de su familia o del ambiente en el que se encuentre, y por las razones que sean, es como su nombre indica "Urgente". Nuestra familia está abierta a recibirle durante un periodo de 6 a 9 meses. Los cinco niños que han pasado por nuestra, casa se da la circunstancia de que han vuelto con su familia biológica o extensa, esto es con abuelos por ejemplo. Esto ha sido en cierta manera para nosotros como un regalo, porque hemos seguido en contacto con ellos, con los que nosotros seguimos y seguiremos llamando -"nuestros niños"-. En cuanto a nuestras hijas biológicas podemos decir que han apreciado junto con nosotros valores como el respeto, compartir, la solidaridad y el valor fundamental: el amor a los demás.

El primer niño nos llegó en junio del 2008 y estuvo con nosotros 7 meses. Decimos de él que fue un niño muy cariñoso y muy sensible con el que nos reímos mucho. El se adaptó muy pronto a nuestra casa, aprendió sin dificultad las pautas de comportamiento elementales como los horarios, normas de higiene, alimentación etc.; Fue muy feliz con nosotros y nosotros con él. De repente nos comunican de ALDAIMA que el niño tiene familia en Alemania y que lo reclaman. Con sinceridad debemos de decir que fue una noticia agridulce, agria porque veíamos que la estancia del niño llegaba a su fin y eso es lo que peor se lleva. Y dulce porque el pequeño retornaba a la que era su familia extensa: abuelos, tíos, primos, hermanos; mejor no podía haber ocurrido. En enero de 2009 una tía biológica del niño vino desde Colonia (Alemania) a llevárselo, pero el destino quiso que el acoplamiento del pequeño con su “tita” fuese en nuestra casa, ALDAIMA influyó en esa decisión debido al arraigo que tenía el menor con nosotros, lo que nos permitió poder entablar amistad con la familia. El 24 de Enero del 2009 Tía y niño partieron para Alemania desde el aeropuerto de Málaga, pero seguimos el contacto con él y su familia con los que hablamos al menos una vez al mes y nos mandan fotos, cartas etc.

Aunque el niño habla el alemán su tía le sigue hablando en español para que no lo pierda o no le deje de sonar, ella le dice que aquí tiene a su familia española y que la etapa de su vida que pasó aquí no debe de olvidarse nunca. Nuestro deseo es ir a verle algún día a su casa en Colonia. En fin, una experiencia para no olvidar jamás.

En febrero nos llaman para dos niñas hermanas de diez meses y de dos años y medio. Estuvieron poco tiempo pero fueron unos meses muy duros debido a la complejidad de las niñas en parte por las circunstancias y ambiente en que vivían, motivo éste que origina la retirada. Pero poco a poco veíamos como iban cambiando, ellas se sentían queridas y con sus más y sus menos su mejoría se iba haciendo patente por días. El caso es que estas dos niñas también retornaron con su familia extensa, retorno y acoplamiento que se llevó a cabo muy rápidamente, un buen trabajo por parte de la asociación ALDAIMA y la unidad de protección de menores. No supimos más de ellas y a menudo nos preguntábamos que sería de las niñas; de repente otro regalo, recibimos una llamada de ALDAIMA en la que se nos comunica que la familia en la que se encuentran las niñas, quieren saber de nosotros. Una gran noticia sin duda, nos pusimos en contacto con la familia y nos contaron que estaban muy agradecidos por habernos hecho cargo de las niñas y que ese tiempo no debería de olvidarse, que le hablaban de nuestra familia para que no se olvidaran, incluso pudimos volver a hablar con ellas por teléfono oír de nuevo sus voces y pudimos comprobar que están muy bien y siguen estando felices como lo fueron aquí, una alegría como pueden imaginarse. También en este caso seguiremos teniendo contacto con estas niñas y su familia nos pide que vayamos a visitarles.

En julio de 2009 de nuevo nos llaman desde ALDAIMA para el acogimiento de dos hermanos de siete meses y cuatro años. La adaptación con estos niños fue muy complicada en particular con el pequeño debido a su carácter nervioso muy inquieto y dificultad para dormir. De nuevo la constancia la paciencia y el cariño se convierten en la mejor medicina y tratamiento para ir haciéndole cambiar sus hábitos. Fue un niño que lloraba constantemente y sufrimos mucho con él en parte viéndole como se sentía mal por no poder dormir por sus nervios y ansiedad. Con el mayor no hubo problema ya que congenió con una de nuestras niñas la cual y sin ella saberlo le enseñó muchísimo, este niño era noble y cariñoso, sensible y de temple educado. Estuvieron otros siete meses en los que vimos su evolución, sobre todo el pequeño que se fue como un bebé normal con unas pautas de comportamiento normales para su edad, pero eso si: "risueño como el que más" a todas horas reía y reía y no paraba de hablar con esa media lengua que tenía. Nos acordamos mucho de estos niños ya que de ellos aprendimos mucho. Estos niños volvieron con sus padres biológicos y de repente otro regalo: sus padres pidieron conocernos y que fuéramos nosotros quien le entregásemos a sus hijos conjuntamente con la trabajadora social de ALDAIMA. Para nosotros fue un emocionante y no menos emotivo y entrañable momento ver como esos padres recuperaban a sus hijos, también hubo lágrimas. Se dice que la historia se hace repetitiva y comprobamos que así es, de nuevo esta familia nos invita a que sigamos teniendo contacto con los niños para que no perdamos este lazo que hubo durante este tiempo que permanecieron con nosotros. En la actualidad seguimos hablando por teléfono con ellos y con sus padres lo que nos llena de alegría.

Queremos dar un especial agradecimiento a la asociación ALDAIMA por permitirnos haber tenido estos cinco niños y darnos la oportunidad de participar en este programa en el que tuvimos el privilegio de aprender más acerca de los niños y poder ayudar y ser ese instrumento en la tarea de hacerles felices. También a nuestras hijas que sin ellas saberlo han sido la mejor herramienta para el desarrollo de esta feliz misión, con su comportamiento y su ejemplo ha servido para ayudar a la educación de los niños. Esta familia sigue y está abierta a los acogimientos y anima a otras familias a que se una a este noble proyecto. Nuestro testimonio, en resumen es, que recibes infinitamente más de lo que das, los niños son un regalo de Dios por lo que merecen el mayor de nuestros respetos.

Un cordial saludo de esta familia.


RELATO 2

Bueno, nosotros éramos una familia de lo más normal, y digo éramos porque ya no lo somos. Un día decidimos que era el momento de realizar uno de nuestros proyectos como familia y ese era el de convertirnos en Familia Acogedora. Nuestros hijos habían crecido, el trabajo nos dejaba tiempo y teníamos ilusión.

A partir de ese momento comenzamos a vivir otra vida, en la que siempre tiene que haber un “hueco disponible” para albergar a esas personitas que tanto necesitan de nuestra familia. Tener el “hueco disponible” quiere decir que tienes que estar preparado para que en cualquier momento llegue alguien a ocuparlo, pero que también en cualquier momento tenga que abandonarlo.

Desde el momento en el que recibes el aviso de que un niño o niña necesita de tu familia, llega a casa y se instala, nosotros sabemos que es el momento de comenzar a despedirse, de saber que se marchará, de ser consciente de que todos los pasos que va a dar son pasos hacia adelante en su vida. Nuestra familia es un puente en ese camino que va a recorrer y nuestro trabajo consiste en que ese puente sea lo más sólido posible y lo más maravilloso que seamos capaces de construírselo, sabiendo que al final de este puente está el resto de su vida.

Nuestra primera experiencia comenzó hace justo un año, el 21 de Abril de 2009 llegaba a casa María (así la llamamos en casa) solo tenía tres días de vida .Para mí, como madre, se me hizo muy duro al principio, tenía sentimientos muy encontrados, pensaba en su madre( no podía evitarlo). A partir de ese momento comenzamos a trabajar en casa la posibilidad de que se marchara en cualquier momento. Si no hacíamos esto desde el principio nuestros hijos podían llegar a pasarlo muy mal si ocurría pronto. Les contamos que su madre no podía cuidarla y por eso estaba en casa, pero que en cualquier momento estaría bien y vendría a por ella.

Cuando llegó ese momento tres meses después nuestros hijos estaban muy orgullosos de lo bien que habían cuidado a María y de lo contenta que se iba a poner su madre cuando la viera. Se acuerdan mucho de ella, ven las fotos de nuevo, nosotros también, pero sabemos que sus padres la adoran, que es feliz y que ese es el otro lado de su puente.

Nuestra segunda experiencia no se parecía en nada a la primera. Dos hermanos Alex y Ana, de 2,5 años y 15 meses. Nuestra casa se convirtió en un “loquero”. Nuestros hijos tienen 8, 6 y 5 años. Ahora si fuimos conscientes de lo importante que era trabajar la despedida porque los lazos se hicieron muy fuertes entre ellos y nosotros. Su vida con nosotros se prolongó durante 7 meses, durante los cuales siempre estuvimos sobre aviso por si se producía la marcha ya que desde el primer momento parecía iba a ser una estancia breve.

Un día de finales de Enero se produjo la llamada, se marcharían en breve, y su destino era BARCELONA.

En ese momento lo primero que se nos vino a la mente fue ¿como vamos a hacerlo? Es muy complicado despedirse de alguien en 5 minutos y si ellos volaban hasta Barcelona no podríamos hacerlo de otra forma.

Nosotros pensamos que sería mejor si acompañábamos a los niños nosotros mismos hasta Barcelona y así lo propusimos a Aldaima. Nuestra propuesta fue bien recibida y así lo preparamos.

Les empezamos a hablar del viaje, de lo bien que lo pasaríamos. Que iban a llegar a un colegio nuevo, ya que su destino ha sido un centro allí, con muchos niños y seños y que allí iban a vivir a partir de ahora.

Ana con solo 22 meses no era muy consciente, pero Alex con 3 años si sabía lo que iba a pasar. Antes ya era muy cariñoso, pero desde ese momento todo el día se lo pasaba a besos con todos, repetía mil veces “ mamá te quiero”, él sabia que se estaba acabando, y sabía que no nos volveríamos a ver .Nosotros también lo sabíamos.

Organizamos el viaje, billetes, hotel, etc. Muy triste comprar billetes de ida para cinco y de vuelta solo para tres.

El día de la partida ya tenían su maleta preparada en ella habían puesto lo que querían llevarse y menos ropa, querían poner de todo. El cuento que leíamos más a menudo y que era el favorito, un muñeco regalo de su mejor amigo del cole, las fotos de nuestras excursiones, en fin, ellos si saben hacer una maleta.

Para ellos fue muy divertido volar en avión, para nosotros un montón de sentimientos todos revueltos.

La llegada al centro igual, para ellos algo nuevo, gente nueva, pero para nosotros revoltijo de emociones. Como nos permitieron quedarnos con ellos buena parte de la tarde nos dio tiempo a esa despedida física que tanto nos preocupaba y la verdad fue genial.

Ellos se quedaron muy contentos en su nuevo hogar y nosotros intentando pensar, por delante de todo, que ya habíamos llegado al final de ese puente del que hablaba al principio.

La vuelta a casa nos produjo mucha añoranza al ver sus cositas por ahí, para nuestros hijos a sido más fácil porque el centro nos ha permitido comunicarnos con los niños por teléfono y eso nos ha ayudado.

Ahora miramos “el hueco” y esperamos que si algún niño o niña lo necesita seamos capaces de ofrecérselo, porque nosotros crecemos más despacio como familia cuando “el hueco” está vacío.

RELATO 3

Hola, me llamo Sandra y voy a contar mi historia y la historia de mi familia, la cual durante un tiempo también fue la historia y la vida de un pequeño, un pequeño que se llama José.

Para explicar como vivimos en casa el desacoplamiento de nuestro primer niño de acogida me tengo que dirigir al principio de el acontecimiento, ya que sino puede perder sentido.

Nos llamaron por teléfono una mañana. Era una retirada de un menor, el primero que acogíamos. Toda la familia nos sentíamos preparados y lo teníamos muy claro, el programa de urgencia nos parecía perfecto para ayudar a estos niños.

Mi cuerpo temblaba de emoción, empezaríamos a participar y para nosotros seria lo más importante que hemos hecho nunca. Corriendo lo prepare todo y nos personamos en menores para recoger al chiquitín.

Firmamos la documentación y un señor de la unidad de menores que nos había tocado, por cierto muy simpático, fue en busca de el niño con otra Señora. Juan de Dios y yo nos mirábamos muy emocionados y de pronto apareció. Jamás olvidare esa primera imagen, ese cuerpecito encogido en brazos de extraños para el, su mirada era indescriptible, el rechazo hacia nosotros estaba asegurado.

Le dimos los juguetes que le habíamos llevado y el no mostró interés, solo cerraba sus ojitos, los cerraba por que así pensaba que iba a despertar de esa pesadilla, ya que él no entendía por que le habían separado de sus papas. Antonio tenía dos añitos y una madurez que no correspondía con su edad seguramente por lo que le había tocado vivir, venia con un kilt; un kilt de supervivencia.

Cuando nos lo llevamos a casa eran las tres de la tarde y al llegar, le calenté la comida y no quería comer, entonces le ofrecí todo lo que podía haber que se comiera en casa, pero solo se balanceaba y cerraba los ojos y decía repetidamente: ma, ma, ma.

Así que cogí y me fui al súper con él; yo cogía cosas y le preguntaba, enseguida supe lo que si y no quería, volvimos a casa y me senté con él. Yo le pegaba bocados a cositas que habíamos comprado poniendo cara de que estaba muy rico, pero me miraba como diciendo… “que no me hace ni pizca de gracia”.

Esa noche conseguí que se tomara una loncha de jamón York gracias a mis hijos, pues empecé a descubrir que con ellos si quería relación, así que lo deje todo un poco en manos de mis hijos.

Por la noche, el pobre estaba perdido, no bajaba la guardia, sus ojos se cerraban del sueño pero el se resistía, así que también hubo que utilizar estrategias para que pudiera descansar; al final cayo rendido.

Por la mañana todo estaba oscuro, todavía no habíamos levantado las persianas y escuchamos su vocecita en la cuna muy alegre diciendo: -¡MAMA…PAPA!. Enseguida subimos las persianas y al vernos, volvió a cerrar los ojitos y se llevo una gran decepción, seguía en ese mal sueño.

Nos costo que se hiciera a nosotros y nosotros a él, pero como todo al final lo conseguimos.

Empezó a querernos muchísimo y nosotros a él. Hicimos rutinas juntos, se empezaron a cubrir sus necesidades; hizo descubrimientos nuevos; empezaron a gustarle cosas que no le gustaban, etc.

Poco a poco se convirtió en uno más. Él tenía visitas con sus padres biológicos, las cuales por lo que fuera cesaron durante unos meses, así que mas se unió a nuestra familia.

Al cabo del tiempo volvió a ver a su madre y todo iba bien, parecía que podría volver con ella, así que lo fuimos preparando, pero no fue así; al tiempo otra vez dejo de verla y se propuso un acogimiento preadoptivo; el cual era más difícil de explicarle.

Cuando llevaba casi nueve meses en casa, me llamaron, diciéndome que ya había padres adoptivos para José, que pronto se marcharía, así que pregunte por el proceso del desacoplamiento, y lo primero que me dijeron fue que la familia no era de Granada y que se tendría que ir en el mismo día.

Yo me enfade muchísimo y rompí a llorar, ¡Dios mío!, me vino la imagen de cuando vino a casa; otra vez un cambio brusco para él, y además yo me sentiría culpable, pues el podía creer que lo abandonábamos.

No sabía como arreglar esta situación, pues, ¿quien era la valiente que seria capaz de exponer esta situación a la Junta de Andalucía y Aldaima?, se lo dije a Emilia, mi trabajadora social, que por favor entendieran que era un niño, que no comprendería la situación, por que él había adquirido una estabilidad emocional, unas rutinas, una tranquilidad.

Tenía miedo a que el pequeño sufriera un retroceso, un parón a nivel psicológico. Pase unos días realmente mal, pero al final, volvió a llamarme Emilia y me dio un poco de luz y oxigeno, el desacoplamiento ya no seria de esa forma tan brusca.

El conocería a sus padres adoptivos de forma gradual, podría compartir esos momentos con nosotros, y podría irse haciendo a ellos.

Sus papas verían como se comía el yogurt: no le gustaba nada frió, había que meterlo unos segundos en el microondas; sabrían cuales eran sus cosas favoritas, conocerían el parque donde él jugaba. Lo que le impresionaba, lo que le daba miedo, y yo podría estar explicándoles a sus padres todo…, todo sobre su hijo.

Me pareció genial, así que mi actitud cambio. Más tarde llego el momento y conocí a la familia de Antonio, compartimos todo lo que necesitaban saber. Él se sentía seguro, pues yo estaba a su lado y se iría adaptando a ellos.

RELATO 4

EN PLENO PROCESO DE DESACOPLAMIENTO
(Entregamos a María el día 30 de abril)


Hacemos balance de la experiencia y quisiéramos en primer lugar agradecer la oportunidad que se nos dio para poder participar en el “Programa de Acogida Urgente”.

Nos consta el esfuerzo que supone mantener programas sociales que cubran las carencias de los más frágiles de nuestra sociedad, los menores, y también sabemos de la implicaciones personales que no siempre dan sus frutos, aunque, el que la sigue la consigue.

Uno de los aspectos a destacar de nuestra participación ha sido el conseguir que toda nuestra unidad familiar tuviera un objetivo común,”había que hacer lo más grata posible la estancia de María en nuestra casa”. Debíamos entender que la Unidad Tutelar actuaba ante una evidente situación de riesgo o desatención. El sentimiento solidario surgió sin esfuerzo desde el primero al último de nosotros.

María ha agrandado nuestro universo con sensaciones desconocidas. Nos ha enseñado a valorar lo que somos y tenemos. Nuestras vidas se han enriquecido por haber sentido en todos los poros de nuestra piel la sensación de ser útiles. Dicho lo cual, es evidente que renunciar a esto nos debería costar media vida.

Pues no. ¿Por qué? Porque nuestra función estaba clara desde el principio. El día 13 de abril cumplió un año de convivencia con nosotros María. La vida ha hecho que no pueda retornar con su familia biológica y que su futuro inmediato esté ligado a una familia preadoptiva.

Nosotros hemos asistido al encuentro de María con su nueva familia y os aseguramos que eso sí debería estar entre las siete maravillas del mundo. Nos sentimos muy felices de haber contribuido a que se produzca. Nuestra labor está finalizando y la fuerza para desacoplarnos es la misma que tuvimos en el acoplamiento, pensar, (y lo subrayamos) por alguna vez en los demás y no solo en nosotros.

María no tendría un futuro mejor si no distinto con nosotros, pensar lo contrario sería pretencioso, María va a sufrir un cambio que no va a entender y nuestra mirada y nuestra calma la van a ayudar.

Ya estamos invitados para su segundo cumpleaños y como premio por nuestro hacer, creemos que está bien, pues esto nos ayudara a despedirnos de María.

viernes

LAS FAMILIAS RECIBIRAN MAS AYUDAS POR ACOGER A MENORES EN DESAMPARO


La delegada de Igualdad se reunió ayer con padres que tienen acogidos a estos niños para agradecerles su labor y realizó un llamamiento a la solidaridad

La Delegación de Igualdad de la Junta de Andalucía ha realizado en 2008 "una importante inversión" para conseguir que los centros de acogida de menores se parezcan cada vez más a una casa. El personal que trabaja en ellos trata de que los niños que se encuentran internados tengan una asistencia lo más 'familiar' posible. Sin embargo, los menores necesitan el entorno de un hogar y sus "afectos", aunque sea de forma temporal. Lo dijo ayer la delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, Magdalena Sánchez, quien señala que la meta de la institución autonómica es que "no haya niños en los centros y conseguir que estén todos con una familia de acogida". La delegada realizó estas declaraciones con motivo de los actos del Día Internacional de la Familia, que se conmemora hoy pero que la Junta de Andalucía celebró ayer con antelación. Magdalena Sánchez se reunió ayer con varias familias que tienen niños acogidos en Granada. Según los datos que aportó la responsable provincial de Bienestar Social, actualmente hay 300 menores en centros granadinos y un número similiar acogidos por familias. La finalidad del encuentro fue reconocer la labor de estos padres, una tarea "encomiable aunque no deja de ser dura". Para incentivar esa generosa prestación social, la Junta está tratando de aumentar la ayuda económica a las familias. Aunque ahora la cuantía de esa ayuda ronda los 300 euros, se está trabajando para ampliar tanto la dotación como el número de familias que se benefician de ella. La delegada precisó que el objetivo último no es la supresión de los centros de acogida, "que tienen que existir porque hay situaciones temporales en las que los niños no pueden estar con familias", pero sí que estén en ellos el menor tiempo posible. La presidenta de la Asociación Aldaima, Cecila Cuéllar, manifestó también ayer que, hace diez años, cuando la asociación empezó a trabajar para impulsar el número de familias de acogimiento, había muy pocos padres dispuestos. Ahora, diez años después, ha consegudio tener una bolsa de 30 familias.

miércoles

ACOGIMIENTO PROFESIONALIZADO

La definición y requisitos del acogimiento profesionalizado se encuentran legislados en la
ORDEN de 11 de febrero de 2004. http://www.juntadeandalucia.es/boja/boletines/2004/39/d/updf/d4.pdf

Artículo 7. Acogimiento simple o permanente con familia acogedora profesionalizada.

1. El acogimiento simple o permanente en familia acogedora profesionalizada se formaliza con personas físicas inscritas en el Registro de Solicitantes de Acogimiento y Adopción de Andalucía y que hayan sido calificadas para este acogimiento remunerado por la Comisión Provincial de Medidas de Protección.

2. La finalidad de este acogimiento es atender de manera cualificada las necesidades básicas y específicas del menor, en un ambiente familiar adecuado, durante el tiempo necesario, y conforme a los criterios establecidos en el plan de integración familiar y social del menor.

3. Las familias acogedoras profesionalizadas deberán reunir, además de los requisitos establecidos con carácter general para el acogimiento familiar simple o permanente, los
siguientes requisitos específicos:

a) Al menos una de las personas acogedoras deberá acreditar una formación adecuada para asumir el acogimiento de menores con necesidades especiales, debido a su enfermedad
grave, trastorno de conducta, discapacidad física, sensorial o psíquica, procedencia de la inmigración, o menores que precisen apoyo especial debido a los malos tratos o abusos sexuales sufridos.

b) La persona acogedora o un miembro de la pareja acogedora, en su caso, mantendrá la disponibilidad necesaria para la atención y cuidado de estos menores.

jueves

DESCRIPCIÓN DE LA ENTIDAD

DATOS DE LA ENTIDAD.

NOMBRE: ALDAIMA. Asociación Andaluza de Apoyo a la Infancia.
DIRECCIÓN: c/ Recogidas, nº 24, portal B, esc.B, 2ºB. 18002 – Granada.
TELÉFONO: 958-255203.
FAX: 958-255203.
E-MAIL: aldaima@terra.es / http://www.aldaima.org/

FECHA DE CONSTITUCIÓN Y FORMA JURÍDICA.

Acta Fundacional de la Asociación: 9-febrero-1998:

ORIGENES DE LA ENTIDAD

La Asociación se creo con la intención de poner en funcionamiento un equipo multidisciplinar que impulsara los Acogimientos Familiares en la provincia de Granada, y para llevar a cabo proyectos de prevención e intervención en maltrato infantil.
La Asociación “Aldaima”, está habilitada como Institución Colaboradora de Integración Familiar por Resolución de 24 de Noviembre de 1.998, y está inscrita en el Registro de Entidades, Servicios y Centros de Servicios Sociales con el número AS.ATNI / E / 3.054.
Desde Aldaima se han desarrollado, entre otras, las siguientes funciones:

- captación de familias para acogimientos de menores con necesidades especiales,
- formación y asesoramiento psicológico a futuros acogedores,
- preparación de los menores para su incorporación en la nueva familia,
- servicios de asesoría legal,
- seguimiento individual y apoyo continuado a cada grupo familiar, etc.
- seguimiento y apoyo psicológico en acogimientos preadoptivos e intervención en crisis de familias adoptivas.

FINES.

Promover y realizar funciones de mediación en la Integración Familiar y Protección de Menores.

EXPERIENCIA EN EL SECTOR


La Asociación Andaluza de Apoyo a la Infancia Aldaima, cuenta con un Equipo Técnico multidisciplinar integrado por profesionales con amplia formación y trayectoria profesional en el campo de la intervención psicosocial con menores y familias (psicólogas, trabajadores/as sociales, abogada y educadora familiar). Contamos con una experiencia de 10 años en la realización de proyectos relacionados con el área de atención al menor.



domingo

MAS DE 400 MENORES ESTAN BAJO LA TUTELA DE LA JUNTA EN GRANADA

Unos 420 menores están acogidos en la provincia de Granada a las distintas medidas incluidas en el sistema de protección de la Junta de Andalucía, según la Delegación de Igualdad y Bienestar Social.La mayoría de esos 420 menores que se encuentran bajo tutela de la Junta son adolescentes de 16 ó 17 años, al ser esa franja de edad la de los inmigrantes menores de edad que intentan acceder a la provincia por el litoral, según los datos facilitados a Efe por la Delegación de Igualdad y Bienestar Social de la Junta.Para el acogimiento residencial -ingreso en centros de protección-, la provincia de Granada cuenta con 23 centros residenciales que suman 394 plazas, aunque no todas están cubiertas.En acogimiento familiar -otra de las modalidades incluidas en el sistema de protección de la Junta- se encontraban el año pasado 300 menores, 170 de ellos en familia extensa y 130 en ajena.Según la delegación, durante el año pasado fueron 56 los menores que encontraron familias acogedoras y 147 las familias a las que la Junta les hizo un seguimiento por tener a algún niño a su cargo.Las familias acogedoras reciben ayuda económica para la atención de esos menores a fin de que no les suponga un sobrecoste, ha explicado la delegada de Igualdad y Bienestar Social, Magdalena Sánchez, que ha subrayado el hecho de que cada vez sean más las familias granadinas que deciden acoger.Hay tres tipos de acogimiento familiar: el preadoptivo, que derivará necesariamente en adopción, el temporal, el de urgencia y el permanente.En cuanto al número de adopciones, la provincia cerró el año pasado con 28 nacionales y 46 internacionales, en su mayoría de Rusia (17), seguida de China (12), Etiopía (7) y Kazajstán (3).Por otra parte, de entre los programas dirigidos a la detección y prevención del maltrato infantil, la Junta cuenta con un teléfono de atención a la infancia que atendió durante el año pasado 64 casos de violencia a menores, de los que 35 están en investigación, cuatro se saldaron con la declaración del niño en desamparo y 25 se derivaron a servicios sociales para su tratamiento a través de los equipos de tratamiento familiar.Estos equipos, que se encargan de detectar situaciones familiares conflictivas para ayudar a las familias a resolver estos problemas, atendieron el año pasado a 625 menores, según los datos de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social.
http://granadadigital.com/index.php/sociedad_gr/44-granada/148907-efe

jueves

CINCO MIL MENORES EN ACOGIMIENTO FAMILIAR

Andalucía cuenta con unos 5.000 menores en situación de acogimiento familiar, una medida de protección «consolidada» que se ha priorizado por el Gobierno andaluz con el objetivo de que los niños que tienen que estar separados de sus progenitores por distintos motivos puedan crecer en un entorno familiar. Así lo explicó a directora general de Infancia y Familias de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, Carmen Belinchón, en una visita que hizo ayer a Jaén.

http://www.ideal.es/granada/20090115/andalucia/cinco-menores-acogimiento-familiar-20090115.html

miércoles

PADRES DE URGENCIA

Unas 60 familias andaluzas cuidan de niños en desamparo temporal

"Venía triste y le costó sonreír, pero cuando lo ves feliz la satisfacción es inmensa". María del Carmen Jódar describe su experiencia en el programa de acogida de menores de urgencia. Ella y su marido Mario Jiménez decidieron formar parte de esta iniciativa y hace seis meses que en casa son uno más. Tienen dos hijas biológicas de siete y dieciséis años. Desde junio un pequeño "terremoto" se sumó a su unidad familiar. "Luego hay que separarse y lo pasas mal, pero merece la pena".

El programa busca voluntarios para evitar que los niños sean internados
Como ellos hay en Andalucía unas 60 familias que se han adherido al plan, pero la necesidad es mucho mayor. En los centros de acogida de la comunidad autónoma hay 321 menores que podrían pasar de forma transitoria a una familia con estas características. Los padres tienen que estar disponibles 24 horas porque nunca se sabe cuando va a llegar el menor. Deben poder acoger a dos y no cuentan con información previa sobre su situación. A cambio reciben una remuneración.
Precisamente ese tiempo, el que son acogidos, permite realizar al equipo correspondiente un estudio sobre la situación del menor y proponer la medida más adecuada para éste: que retorne con su familia biológica o que la Administración adopte otra medida estable en el caso de que la situación familiar no lo sea y eso entrañe un riesgo para el niño.
El programa está en marcha desde 1996 en Sevilla y Cádiz, que son las provincias en las que la implantación es mayor, con 24 y 15 familias valoradas y en activo respectivamente. La experiencia se implantó en toda Andalucía a finales de 2008 y poco a poco va arrancando.
"Por la forma de ser, la concepción de la familia y la solidaridad de la gente en Andalucía el programa marcha bien", reconoce la directora general de Atención al Menor y la Familia de la Junta de Andalucía, Carmen Belinchón. Con todo, faltan padres temporales.
El acogimiento simple con carácter de urgencia va dirigido a menores sobre los que hay que intervenir de forma inmediata y urgente. Se trata de evitar su institucionalización en un centro de acogida y ofrecerles la posibilidad de estar arropados por un ambiente familiar, aunque sea un periodo corto de tiempo. El tiempo de estancia habitual es de seis meses, aunque se puede prorrogar tres meses más. El menor puede salir de la casa en cualquier momento.
Cuando María del Carmen y Mario acogieron al pequeño tenía 15 meses. Desde entonces ha pasado un año y medio. "Ahora es un lorito, pero muy educado", aseguran. Pensar en su marcha no les agrada, pero es la condición. "No acogerlo por eso sería más egoísta, así se les ayuda y hay muchos menores en esa situación", precisa Mario. Es una etapa importante y se les "transmiten valores, afecto, cariño y estabilidad", añade la directora del programa.
Pilar Jiménez es la psicóloga coordinadora del programa de acogimiento de urgencia de Aldaima, la asociación que en Granada sirve de vínculo entre la consejería y las familias interesadas. "La primera motivación es la solidaridad", subraya. Tras una primera llamada telefónica, los candidatos suelen acudir a la sede de la asociación.
"Si continúan interesados se les pasa un cuestionario y posteriormente se les valora", agrega. El 75% de los acogedores de urgencia son matrimonios, les siguen personas viudas (10%) y en último puesto se encuentran las familias monoparentales y solteras, que constituyen un 7% del total respectivamente.
Cualquier persona no vale y hay que velar sobre todo por el interés del menor, que "es lo que nos mueve a todos". Quienes se preocupan y acceden son personas "especiales". Hay otras que llegan con "ideas desajustadas". Captar la atención es fundamental en este programa porque, según Jiménez, "hay gente dispuesta pero no siempre tienen toda la información".
Integrar en el hogar a los menores que no superan los seis años es relativamente fácil, aunque lograr que adquieran determinados hábitos a veces "cuesta su tiempo", agrega Mario. Eso "puede hacer a la gente dar marcha atrás, pero no es justo y además lo compensas rápidamente".
El programa, al que la Junta de Andalucía ha dedicado una inversión de 2,5 millones en el último año, tiene como precepto fundamental que las familias de acogida asuman desde el principio que el menor tiene otra familia con la que volver.
Las dos hijas biológicas de este matrimonio aceptan con naturalidad al pequeño y saben que después de Navidad se irá. Será un trago y nunca se olvida porque ha formado parte de la familia, pero el compromiso es que continúe su vida con otra y que se haga de forma fácil y natural. "Sale de casa, pero queda siempre algo en el hogar", dicen. El caso de María del Carmen y Mario es especial porque, con éste, son ya once los menores mayoritariamente en desamparo que han pasado tiempo en su casa.
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Padres/urgencia/elpepiespand/20090112elpand_8/Tes

lunes

Padres de acogida cuidaron de 630 niños el año pasado

VALLADOLID.
Se realizaron seis acogimientos más que en todo 2007.
Los pequeños más atendidos por este programa son los mayores de seis años.
Muchos niños, por situaciones de riesgo o desamparo, son separados de sus familias biológicas y permanecen bajo la custodia de la Administración. Una parte se encuentra en centros de acogida y el resto -630 menores de enero a octubre de 2008 (seis más que en todo 2007) permanecen con una familia que les acoge.
Esta medida de los Servicios Sociales permite a los niños disfrutar de una familia, aunque no sea la suya, durante el tiempo que determine la Junta y hasta que mejore su situación personal. «El objetivo es darles una estabilidad hasta que su situación mejore», afirman en Cruz Roja, organización que colabora en este programa.
De los 501 acogimientos que se mantuvieron tras las altas y bajas producidas, 316 de esas familias eran parientes de hasta tercer grado del menor, 30 más que el año anterior. En cambio, el número de familias ajenas al niño que participaron en esta red de acogimiento fue de 185.
En Valladolid,que es la tercera provincia de Castilla y León donde se hacen más acogimientos, se produjeron 91 en 2008, por debajo de León y Salamanca.
Los acogimientos con niños mayores de seis años siguen siendo los más comunes, según informa Cruz Roja, que es quien se pone en contacto con las familias que acogen a los pequeños.
Los datos de 2007, cuando se produjeron 624 acogimientos, muestran que el 41,3% fueron de niños entre 6 y 12 años, mientras que los niños de hasta 18 meses sólo suponen un 3,5%.
Además, destaca que en 2007, por primera vez, 13 jóvenes que alcanzaron la mayoría de edad continuaron de forma voluntaria en el hogar de los acogedores, según explican en Cruz Roja.

Jesús Chico y Meña Cuesta. Familia de acogida. «Les quieres como a unos hijos»
Hace tres años, Jesús y Meña vieron en un periódico un anuncio sobre el programa de acogida y decidieron apuntarse. «El primer contacto fue en 2005, y estuvimos un año a la espera. Después nos dieron a dos hermanitos de 2 y 3 años».
Son un matrimonio normal de Mojados, con dos hijos biológicos, de 16 y 20 años que, al igual que los padres, reciben a los niños como si fueran sus hermanos. «Nos gustan mucho los niños, y teníamos sitio de sobra», explica Jesús.
Los pequeños han permanecido dos años junto a ellos, hasta que el pasado noviembre volvieron con su familia biológica. «Eso es lo más duro, pero continuamente nos están preparando para el momento de la marcha», afirma Meña. «¿Lo mejor? Todo. Son como tus hijos, y les quieres como si lo fueran. Te dan todo satisfacciones».
Eso sí, les inculcan que ellos no son sus padres para que no pierdan el vínculo familiar. Jesús y Meña no saben qué harán en un futuro, pero continúan en la red de acogida, y sí repetirían.
http://www.20minutos.es/noticia/442250/0/valladolid/padres/acogida/